—Iré a ver qué sucede — manifestó Caroline, en un intento por seguir a Elijah, pero Roy se interpuso en su camino.—Por favor, regrese a su casa, señora Caroline. El Supremo ha dicho que, si continúa con su comportamiento impertinente, no le quedará otra opción que encerrarla en la mazmorra durante dos lunas — le informó Lucius, el cual había salido del despacho mostrando su acostumbrada serenidad.Caroline se quedó boquiabierta, pero, rendida, elevó las manos.—Bien, díganle que ya sabe dónde encontrarme. Estaré esperándolo esta noche — dijo con un tono desafiante antes de irse, seguida de cerca por un guardia que la escoltó hasta la salida del palacio.Mientras tanto, Elijah encontró a Marlén, quien se dirigía por el pasillo que conducía a la habitación de Julia, temblando mientras miraba horrorizada a dos lobos jóvenes que se acercaban a ella, movidos por la curiosidad de ver a Mateo, el cual era resguardado por los brazos de Marlén.—¡No se acerquen! — le pedía con una mano extend
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