Pese a que Giotto y Rebecca ya se habían alejado bastante de la refriega, el angustiado aullido de un lobo provocó que Giotto se detuviera a medio camino.–No te detengas joven beta –jadeó Rebecca, quien se aferraba al cuello del lobo –Debemos eliminar todas las amenazas para Alastor, además, si a Lucien se le ocurre enviar a una de sus novias por acónito tu y yo estaremos en graves problemas –Dándole la razón a la mujer, Giotto aceleró el paso y se adentró en la caverna.Con cautela, los dos revisaron cada uno de los túneles que se encontraban en el camino, en algunos, se encontraban directamente con muros de roca que le impedían el paso, otros, directamente los alejaba del lugar, y según las palabras de Rebecca, si Lucien lo usaba a menudo no podía estar muy lejos.–Ya nos hemos alejado demasiado…–masculló Rebecca –Vuelve sobre tus pasos, debimos pasar algo por alto –Con un gruñido irritado, Giotto accedió y dio media vuelta, sin embargo, esta vez no echó a correr, por lo que Rebe
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