Mientras que los lobos de cinco manadas se reunían fuera de la cabaña neutral, Pía observaba el nervioso ir y venir de la joven Ella, quien no paraba de murmurar que debían darse prisa. –Ella, ¿quieres ducharte? –le preguntó Pía al tiempo que se dirigía al armario de la habitación de Anna para buscar la mochila que Anna había llevado –No, no podemos perder tiempo, tenemos que darnos prisa…– –Movilizarnos nos tomará algo de tiempo, Byron y Lysander acaban de llamar a los rastreadores y a los guerreros –dijo Pía tras escuchar el segundo aullido de reunión –Les tomará algo de tiempo llegar a todos pues además estamos siendo auxiliados por otras manadas, tienes algo de tiempo –dijo mostrándole el uniforme de Anna, el cual era similar al que ella llevaba, con la única diferencia, que el que le estaba mostrando, llevaba la silueta del emblema de la manada en el brazo izquierdo –Es de una futura alfa…–murmuró Ella tomando el uniforme de las manos de Pía –Sí, el emblema en el brazo izquie
Mientras todos se preparaban para partir a la búsqueda de Anna y Antonella, ambas chicas esperaban en completo silencio cualquier tipo de noticia. En la pequeña cueva, no se escuchaba absolutamente nada, exceptuando, el ocasional goteo de las estalactitas que estaban sobre el lugar donde Ella, había lavado el paño que había utilizado para limpiar las heridas de Anna. –¿Crees que le hayan creído? –preguntó Antonella, quien gruñó de dolor al cambiar de posición –Sí, confío en Dante…–masculló Anna quien tenía los ojos cerrados y la cabeza recargada en la pared rocosa detrás de ella –¿No puedes hablar con Dante otra vez? – –Lo he intentado, pero Amara está muy débil…– –Anna… ¿Ella está bien? Te ha estado inyectando acónito desde que nos trajo aquí…– –Tranquila An… Amara está bien – –¿Cómo lo sabes? – –Si bien no puedo escucharla, puedo sentir que intenta curar mis heridas…– –Los licántropos son increíbles…–masculló Antonella antes de soltar un suspiro –¿Qué hay de Giovanni? ¿No
Ante el angustiado susurro que lo llamaba, Damon dejó a su presa y se apresuró a regresar junto a su compañera, la cual, por fin dejó escapar todo el miedo que había estado sintiendo hasta ese momento.–Por fin… Por fin estás aquí…–susurró Anna clavando sus ojos en los del lobo, el cual, no tardó en comenzar a lamerle el rostro –Dante… Tenía mucho miedo…–masculló la joven, permitiendo que el lobo lamiera todas las lágrimas que escapaban de su rostro–Anna… –susurró Ella al verla –Voy a quitarte eso, no te muevas…–le pidió la joven antes de apresurarse a buscar las llaves en la mesa de acero junto a ellos–Levántate…–le ordenó Alastor a Lucien con una peligrosa y calmada voz–Ah, mi querido amigo, han pasado tantos años –dijo Lucien, quien se sujetaba la herida en su hombro–¿Amigos? No Lucien, mis gustos no son tan repugnantes como los tuyos –dijo Alastor mirándolo con desprecio –¿Cómo te atreviste a tocar a mi hija? ––Venga ya Alastor, sólo mírala, ella está bien –dijo Lucien dirigi
Ante las declaraciones hechas, el silencio pronto se produjo en el grupo y todos intercambiaron miradas nerviosas. –An, ¿acabas de decir que el alfa Alastor es un licántropo? –le preguntó Giovanni a su hermana quien asintió algo avergonzada –Eso no es importante… Annita, ¿¡Has dicho novias!? –exclamó Gael con pánico –Diosa… Entonces las humanas desaparecidas…– –Son ellas Pía –dijo Anna intentando ponerse de pie –Tenemos que avisarles, tenemos que… ¡Ah! –exclamó Anna cuando Gael y Daryl tiraron de ella para volverla a sentar –Tu no vas a ningún lado sin una loba –gruñó Gael –Además no he acabado de curarte – –Pero Gael, mi padre y Dante…– –Tranquila uvita, nosotros iremos –intervino una voz familiar –Ah, por fin –gruñó Gael –¿Dónde…? –al ver que un grupo de personas se acercaban a ellos guiados por Neilan, el hechicero guardó silencio –Gino, Neilan…–susurró Anna –¿Estás bien cachorra? –preguntó Neilan acercándose a Anna –Sí, yo… Neil ¿Quiénes son ellos? –preguntó Anna confund
Mientras que Rebecca y Giotto se adentraban en la cueva para cumplir con su misión, la batalla entre Lucien y Aníketos se iba intensificando, por lo que era difícil saber cuál de los dos tenía ventaja.Cuando Aníketos parecía someter a Lucien, este hacía un esfuerzo y lo lanzaba a la otra punta de la cueva, lo que hacía que esta se sacudiera violentamente, tensando a todos los presentes, sobre todo, a los tres cazadores que estaban en medio de la refriega.–¿Qué hacemos Elena? –le preguntó nerviosa una joven–Armarnos de paciencia Tina –masculló la mujer, la cual, observaba atentamente como Dante, quien peleaba en su forma humana, se enfrentaba a dos novias–Pero…––Nuestras balas podrían herir a los lobos Tina –intervino un hombre –Aférrate a tu arma y espera el momento preciso…–Aceptando las órdenes de sus superiores, la joven Tina se sacó una escopeta recortada de su funda y se aferró a ella.–Superior…–masculló la joven –¿Quién es el joven de allá? ––Dante Benedetti –respondió E
Pese a que Giotto y Rebecca ya se habían alejado bastante de la refriega, el angustiado aullido de un lobo provocó que Giotto se detuviera a medio camino.–No te detengas joven beta –jadeó Rebecca, quien se aferraba al cuello del lobo –Debemos eliminar todas las amenazas para Alastor, además, si a Lucien se le ocurre enviar a una de sus novias por acónito tu y yo estaremos en graves problemas –Dándole la razón a la mujer, Giotto aceleró el paso y se adentró en la caverna.Con cautela, los dos revisaron cada uno de los túneles que se encontraban en el camino, en algunos, se encontraban directamente con muros de roca que le impedían el paso, otros, directamente los alejaba del lugar, y según las palabras de Rebecca, si Lucien lo usaba a menudo no podía estar muy lejos.–Ya nos hemos alejado demasiado…–masculló Rebecca –Vuelve sobre tus pasos, debimos pasar algo por alto –Con un gruñido irritado, Giotto accedió y dio media vuelta, sin embargo, esta vez no echó a correr, por lo que Rebe
Justo cuando estaba por morderla, Gino se lanzó sobre ella y la sujetó de las muñecas, sometiéndola por completo en el piso. –¡Aura! ¡Reacciona! – –No lo hará… El olor de mi sangre la ha descontrolado, lo mejor será que…– –Por favor, Aura, reacciona –insistió el joven –¡Tú no eres así! ¡Acabas de ayudar a un humano! – Al ver la insistencia del joven, Rebecca asintió e intentó incorporarse. –Loto de Luna estará en buenas manos…–masculló al tiempo que rebuscaba en su capa –¿Gino? –lo llamó Aura con la voz quebrada –Ayúdame… Por favor…–suplicó la joven dejando de luchar –No quiero seguir así…–lloriqueó –Lo haré Aura, tranquila, sólo resiste un poco… Rebecca va a ayudarte, sólo… sólo debes ser fuerte, ¿está bien? – Mordiéndose su tembloroso labio, Aura asintió, sin embargo, se tensó al notar que Rebecca se acercaba. –Escucha linda, sé que mi aroma te está enloqueciendo, pero ya has luchado por cuatro meses, sólo te pido que luches un minuto más – –Pronto volverás a casa Aura y te
Cinco días después de la derrota de Lucien •Sumergido en sus pensamientos y rodeado del silencio, Alastor observaba a través de una ventana como el sol comenzaba a teñir el cielo con diferentes tonos de rosa y naranja, conforme este, se iba elevando en el cielo.Ya habían pasado cinco días desde que había acabado con la vida de Lucien Nox, un horrible ser que había arruinado la vida de muchos hombres lobo, como también, de algunos humanos.En su sentimiento de superioridad, Lucien había acabado con muchas manadas en su deseo de conseguir esclavos lobunos.Cientos de renegados y salvajes, eran los acompañantes obligados de ese infernal ser, pero ahora que todos habían sido liberados, las cosas poco a poco volvían a la normalidad.Muchos renegados, lo habían elegido a él como alfa al sentirse en deuda por haberlos salvado no sólo a ellos, si no también a sus familias. Otros tantos, fueron acogidos por Basil, Caden y Guido en sus respectivas manadas.Mientras que otros, optaron por llev