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Todos los capítulos de La Esposa Comprada del Mafioso. : Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 21; Regreso.
Los días pasaron con rapidez y pronto se convirtieron en dos largas y eternas semanas Nikolay no había vuelto a la isla y lo que era peor aún, solo la habia llamado en dos oportunidades, Amaya se sentía frustrada porque cuando solicitaba el teléfono para llamar a su hermana tanto Katerina, como los hombres de la Isla no hacían más que decirle que el jefe no había dejado indicaciones de que ella pudiese hacer llamadas, Aquello la tenía furiosa puesto que en vez de estar en aquella Isla como en calidad de esposa parecía más bien que él la hubiese secuestrado para aislarla de todos, así que mientras los días pasaban, ella esperaba el retorno de su esposo. Se dedicó a enfocarse en su nueva rutina y esforzarse al máximo, confiando en que a su regreso podria tener su recompensa. Escuchar la voz de Aimara asegurándole que todo marchaba bien, nada más. Aquello era lo único que deseaba. El entrenamiento se estaba volviendo rutinario, su cuerpo se había acostumbrado al continuo agotamient
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Capítulo 22; Un exótico regalo.
El fuego contenido en el cuerpo de ambos explotó en una serie de picos de éxtasis mientras sus cuerpos alcanzaban la cima de la satisfacción. Amaia estaba embelesada por la forma en la que Nikolay la tocaba, y se dedicaba a complacer su cuerpo, darle la bienvenida en su interior era un cúmulo de sensaciones... la forma en la que bombeaba dentro de ella, en ocasiones tan fuerte y profundo que la hacía enloquecer al sentir un dolor satisfactorio, nada que hubiese conocido antes... Agotada por el anterior momento de satisfacción Amaia se acurrucó junto a él, se dedicó a acariciar el desnudo pecho de su esposo. —Pensé que llamarías más seguido... —¿Podemos hablar de ésto mañana?— preguntó mostrando el poco ánimo que tenía de conversar— he vuelto a casa después de varios días fuera, está noche no quiero hablar de estos temas. —¡Pero estoy enfadada contigo, Nikolay!— le recordó. —Eso quiere decir que no hice un buen trabajo—sonrió burlón— déjame recuperarme un poco y me esforza
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Capítulo 23; ¡Salta!
Emprendieron la caminata una al lado del otro, tras haber dejado en la mansión la pequeña Alba que dormía y los regalos que serían llevados por Igor hacia la habitación matrimonial. —Creo que comienzas a ponerme un poco nerviosa —le dijo Amaia— desde anoche has estado renuente a hablar conmigo. —No se trata de estar renuente precisamente aunque, si quería retrasar un poco este momento porque quería que disfrutáramos de mi regreso. Sé que estás enfadada porque me fui sin despedirme pero tenía asuntos que atender, debes entender que mi estilo de vida me exige que en muchas ocasiones me mueva de lugar de forma inmediata, por lo cual te pido que seas comprensiva con este hecho. —No es algo que no pueda entender, Nikolay, Pero me enfadó un poco que te marcharas así sin siquiera despedirte cuando se supone que estamos en luna de miel. —Lo sé, me acusaste de haber hecho temblar los cimientos de nuestra de nuestro lecho matrimonial y luego haber huido de ti— sonrió malicioso— pero no
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Capítulo 24; ¡Una lección!
Amaia lo miró furiosa y luego miró hacia él acantilado sintiéndose aterrorizada porque frente a ella no había más que agua... ¿ realmente él le había dicho que saltara? —¿Qué?— le preguntó furioso mientras caminaba hacia ella. —¿ Ahora de pronto has perdido el valor ante la posibilidad de saltar del acantilado e intentar escapar de aquí nadando?, ¿ no es con eso que me estás amenazando?, ¡entonces salta de una put4 vez, que estoy ansioso de verte convertida en sirena?, no me jodas la paciencia Amaia— le dijo enojado— porque me estoy esforzando para que las cosas no sean tan difíciles para ti, olvidé la deuda de tu padre, te tomé como esposa, te traje aquí para entrenarte para asegurarme de que vivas, me encargué de la colegiatura de tu hermana y ahora durante mi última visita me encargué de dejarle una tarjeta con dinero para sus necesidades, vengo aquí y me esfuerzo en complacerte, te traigo regalos con la intención de que estés cómoda a mi lado y estés más motivada para tu entr
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Capítulo 25; ¡Intentaste asesinarme!
Amaia, estaba completamente decidida a llegar a la orilla, le estaba exigiendo a su cuerpo máximo rendimiento haciendo uso de su conocimiento para nadar y de la habilidad que katerina le había enseñado, se mantuvo nadando y nadando por lo que le parecía una eternidad, su cuerpo mostraba claros síntomas de agotamiento sin embargo, no estaba dispuesta a rendirse, iba a salir de ese lugar porque iba a encarar al desgraciado de su esposo y recriminarle el hecho de haberla lanzado al agua sin ningún tipo de escrúpulos. Después de haber nadado por mucho tiempo Amaia al fin logró llegar a la orilla, abandonó el agua gateando con sus pulmones ansiosos de respirar libremente, en cuanto estuvo sobre la arena se dio vuelta y se dejó caer con la espalda sobre la misma mirando hacia el cielo, boqueaba como un pez fuera del agua, sus pulmones ansiando buscando oxígeno. De acuerdo, sabía que lo había hecho mal, sabía que Nikolay con aquello quería darle la lección de que era él quien estaba al
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Capítulo 26; Un reto, una apuesta. 🥊
—¿Se puede saber de qué estás hablando?— le pregunto Amaia. —Muy sencillo, si piensas generarme la molestia como para ir y subirme a ring contigo que eres mi esposa porque estás tan furiosa que solo sientes la necesidad de venganza y poder golpearme a tus ancha está bien, aceptaré darte la satisfacción de venganza pero, lo haremos con una apuesta, ya sabes, para que sea mas divertido. —¿Y qué quieres apostar?, dilo de una vez. — preguntó decidida. —Si tú ganas y y quiero que tengas presente que eso es muy poco probable, entonces te concederé tres cosas, tal como si fuese el genio de la lámpara, tres deseos, el primero te entregaré el teléfono móvil para que puedas tener una larga y tendida llamada con tu hermana para ponerte al día, segundo no te exigiré que asistas conmigo a la fiesta de cumpleaños de la esposa de mi socio, podrás salirte con la tuya y quedarte aquí dejándome expuesto por llegar a la celebracion sin mi esposa y tercero, te daré a escoger si quieres que nos s
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Capítulo 27; El vencedor. 🥊
Llegaron al sótano, seguidos de Katerina y los hombres, Amaia sentía la satisfacción de que al menos él no se había burlado de ella y había ignorado su reto, sin embargo estaba evidentemente preocupada ya que quería demostrarle que era una mujer que merecía su respeto y que se estaba esforzando mucho por dar la talla y llegar a ser la esposa que él quería, por si fuese poco estaba en juego la posibilidad de ver a Aimara o de tenerla con ella, así que iba a esforzarse aunque tuviese todo en contra,ñ iba a esforzarse, iba a dar lo mejor de sí, y si sucedía como todo apuntaba y Nikolay le ganaba, al menos podía sentirse satisfecha de saber que había dado todo en la pelea. Al llegar se subió al cuadrilátero, fue directamente a una de las esquinas en donde había un par de guantes azules y una careta del mismo color, tal y como había hecho muchas veces con Katerina tomó unas largas vendas con las cuales cubrió sus manos y sus dedos para después ponerse los guantes. Katerina caminó haci
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Capítulo 28; La Recompensa de victoria 🔥🔥
Amaia observó como Nikolay se acercó con una sonrisa victoriosa y no pudo evitar mirarlo con una mezcla de rabia y deseo, sabiendo que había perdido la apuesta y qué ahora estaba a su merced. Cuando sus labios se encontraron en aquel ardiente beso, Amaia sintió la fuerza y la adrenalina del momento, la pasión encendió su ser con la misma fuerza que la sed de venganza. Llevando las manos al cabello de él, tiró de la liga y el cabello castaño y sedoso cayó suavemente, ella tomó con fuerza un puño de sus cabellos al tiempo que se abría paso en su boca con la lengua. Una danza erótica cargada de anhelo y deseo. Nikolay la tomó de la mano y la llevó al centro del ring, donde la luz del gimnasio se reflejaba en sus cuerpos sudorosos. —La recompensa de la victoria— susurró Nikolay, mientras comenzaba a despojarla de sus prendas. Amaia lo miró con desafío, pero no se resistió cuando Nikolay comenzó a besarla nuevamente con pasión. Sus labios se movieron con intensidad, explorando cada
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Capítulo 29; Un secreto
Amaia y Nikolay tomaron un baño juntos, estaban muy agotados y aunque deseaban meterse bajo las sábanas y dormir, Nikolay le había prometido que hablaría con Aimara, así que después de darle el celular para que llamara, se marchó por un trago. Amaia tomo el teléfono y le marco a Aimara quién respondió rápidamente. —¿Si?—Aimara cariño, soy Amaia. —Que felicidad poder escucharte, me alegra saber de ti. ¿Estás bien?—Estoy muy bien. He estado muy preocupada por ti, Nikolay me comentó que padre volvió a jugar. Pensé que entraría en razón. —Tambien ha vuelto a beber, Pero trato de que eso no me afecte, estoy muy enfocada en mis estudios en obtener las mejores calificaciones asistir a las actividades extracurriculares para obtener la mejor de las notas te lo prometí voy a cumplirte. las cosas con padre no están muy bien especialmente porque parece que algo le atormentara aunque claramente No sé lo que es él no está dispuesto a compartirlo con nadie. —En ocasiones llego a pensar que nu
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Capítulo 30; ¿Tortura?
—Te juro que no tenemos que hacer esto, Nikolay. La lección ha quedado clara aunque no sé si deba incumplirla en algún momento. —¿Estás asustada?— le preguntó con burla. —Por supuestamente que no, te recuerdo que ya sobreviví a esta caída y por lo que has dicho, tu también, entonces no tiene sentido. —Quizas no tenga sentido, pero es parte de mi recompensa y vamos a cumplir con ésto, además como te dije siempre me causó un profundo placer poder saltar desde este acantilado por mucho tiempo cuando estaba sumergiéndome en una especie de tristeza este acantilado fue mi salvación venir acá arriba y contemplar desde aquí la inmensidad del mar, ver los hermosos atardeceres que no hacían más que llenarme de profundo dolor, eran momentos en los que sentía que mi cabeza me jugaba una mala pasada y que seguramente lo mejor sería rendirme a la oscuridad de mis pensamientos y sentimientos para despedirme de éste mundo, sin embargo, a la vez era demasiado egoísta como para renunciar a la
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