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Todos los capítulos de Dos alfas enormes para la omega: Capítulo 31 - Capítulo 40
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31. Ya estoy aquí
Narrador OmnipresenteLa fiesta de la ceremonia continuaba, pero los lobos sentían cierto recelo, a los vampiros no se les ofrecía nada, no había sangre que darles y aparte de eso no sabían que otras cosas podían consumir, así que era mejor mantenerse alejados.—Ekaterina se irá pronto —respondió Eva de manera resuelta y elegante a la pregunta de Nicolasa.Nicolasa siempre había envidiado a Eva, no solo en su hermosura, sino también en lo siempre perfecta que se veía. Cuando ella era joven estaba destinada a ser la esposa de Ulises, así lo había dictaminado su padre y alfa en ese momento.Pero Eva apareció y daño todo, el viejo alfa estaba contento de que su hijo se uniera con un linaje tan poderoso como lo era la manada de Jersey y nada menos que la hija del alfa. Esa mujer vuelve a dañar sus planes, cuando acepta a esa estúpida limpia pisos por sobre su perfecta hija.—Igual, Eva. Es un peligro que estén entre los nuestros ¿Qué tal si uno de esos animales muertos no se controla? —pr
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32. Compañero cruel
32. AdaraHabían pasado tantas cosas en tan poco tiempo, que aún no lo asimilaba del todo.Mason me dejó de pie en su costoso y pulcro baño para llenar la bañera.No me atreví a moverme de donde me dejó ni un músculo, me sentía rara y mareada.Demasiado estrés.En estos momentos, me hacía falta mi madre y me dolía tenerla tan lejos.—Estas muy pensativa —dijo Mason rodeándome.—Esta noche hubo demasiada información —le conté un poco lo que hacía pasado.—Ekaterina solo quería hacer acto de aparición, aún no me como ese cuento de que no sabía de la ceremonia —responde Mason luego de estar callado un momento— esa mujer me dio mala espina.—Lamento que tengas que lidiar con ella —me disculpé.No me gustaba verlo consternado y preocupado, pude ver que casi pierde su humanidad y allí si habría sido una calamidad.—No te lamentes, no es tu culpa —me contesta con afecto— ella volverá, quiere hacer una ronda por las noches con sus zombis chupasangre.No me gustaba para nada esa ide
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33. ¡No soy así!
AdaraAun en la tina de su cuarto de baño, Mason me veía como si quisiera comerme. Casi me ve como si yo fuera un filete exquisito.—¿Cruel? —pregunta burlonamente —¿Por qué soy cruel?—Porque quiero más y no me lo das —me quejé.—Porque no me lo has dicho aun, quiero escuchar tu voz diciendo donde me necesitas —le recuerda él— quiero escucharte decirlo.—Yo… quiero que me toques, que metas… ¡No soy así! —le recordé.—Lo serás conmigo, soy tu compañero… debes confiarme tu placer con ojos cerrados, decir lo que te gusta y lo que no, yo estaré encantado de dártelo —me informa.Mi corazón se derritió por eso, había escuchado de malos lobos que no atendía a sus mujeres y estás a veces decidían irse rompiendo el vínculo, pero Mason no quiere que me vaya en ningún momento.—Quiero que me hagas tuya, te necesito dentro de mí —dejé salir de mis labios las palabras que tanto quería.En este punto haría cualquier cosa que él quisiera.—Ven acá —me llama sentándose en la bañera.Sin perder el ti
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34. Mi plan
34 AlaricCuando fui a ver a Adara, el día después de que su madre la atara en su sótano, los vampiros regresaron, eran diferentes a lo que se había visto con anterioridad. No estaba seguro de que siguieran las ordenes de Ekaterina II Tepes.Estos vampiros eran erráticos, su sincronización no era buena lo que me decía que no estaban coordinados. Su olor, que normalmente era desagradable, era aún peor.—¡Atacan por el este, mi señor! —me grita desesperado por llegar en el punto donde me encontraba haciendo guardia.—¿Quién está por esos lados? —pregunto tratando de idear un plan, quería que esto terminara y volver con mi compañera cuanto antes.—El escuadrón del delta Cedric —me informa otro de mis guardias.—No se muevan de aquí, manda a los guardias que estaban descansando —les ordeno— pero que nadie se mueva de su lugar.—¿Algo va a pasar, rey Alaric? —pregunta uno de mis hombres.Un tinte de miedo tiñe su rostro y me gustaría decirle que no, que todo iría bien, pero lamentablemente
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35. Le dejé Claro
35 Alaric La vi con desprecio, su asombro era grande. Solo un par de veces había usado a la loba, puede que se oiga feo, pero era la verdad. Una vez estuve tan borracho que ni lo recuerdo y la segunda vez estaba enojado. Con la luna llena cerca, era demasiada presión que soportar. Ahora la veo desnuda frente a mí y solo puedo sentir repulsión, ya estuve con mi verdadera compañera. Ella no es nada para mí y nunca lo fue. No sé qué se imaginó, pero ella nunca seria la luna de mi manada. —Pero, tú y yo… —su labio inferior comenzó a temblar. —Tú y yo nada, estuvimos juntos un par de veces que me agarraste borracho y cerca de luna llena, creo que fui muy claro contigo ¡Hace cuatro años, Hilary! —le dejé claro nuevamente. Esto ni siquiera es reciente, sin embargo, ella aun cree que tiene algún derecho sobre mí y mi manada, ya Cleo me había comentado eso. —Discúlpame por amarte tanto —lo dijo con tono de reproche. —Yo nunca te prometí marcarte ni ser la Luna de la manada —le recordé—
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36. ¿Escuché bien?
36 AlaricMi hermana era una loba hermosa, pero nunca salía de su habitación, su pálida piel y su cabello tan oscuro como el ébano era la envidia de más de una en esta manada, me gustaría que pudiera salir de ese caparazón que armó a su alrededor.Era por mi hermana por quien me apresuré a venir a la manada Garra Plateada, con estos ataques ella menos saldrá de su habitación—Dime, Alaric ¿escuché bien? —me dijo algo nerviosa.—Sí, hermanita encontré a mi compañera. Ya quiero que la conozcas —le dije emocionado. —Te mereces eso y más —la miré más relajada— ya quiero ver pequeños cachorros corriendo por toda la casa.—Yo también, aunque como le dije a Cleo es algo complicado —l e traté de explicar vagamente— pero luego te digo más, primero quiero bañarme e irla a visitar.—Entonces ve, salúdala de mi parte —me dice con un brillo que no había visto en sus ojos— ¿crees que le caiga bien?—No lo creo… Estoy segurísimo —le dije contento de poder bromear un poco con ella.—¡Alaric! —golpeó
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37. ¡Hablen ya!
37. Narrador omnipresente—¡Mamá, papá hablen ya! —pidió Mason desesperado.—Creemos que Adara está embarazada —dijo Eva con una sonrisa enorme en su rostro— ¡seremos abuelos! —¿Qué? —pregunta Mason.Alaric se queda callado y Adara un poco pálida, Mason aun no puede creer lo que su madre decía.—Es normal en estos casos —dijo Eva como si nada.—¿Estos casos? —pregunta Adara asustada por las palabras de Eva.—Claro, ustedes han estado juntos. Eso se nota en una loba, sus olores están impregnados en ti —explica Ulises con total calma.—No he sido marcada —intenta explicar.—No hace falta, bueno si hace falta para que ningún otro lobo te vea y los humanos no te noten demasiado —a clara Eva— es por eso que una marca se lleva con orgullo.—Ella no puede estar embarazada —dijo Mason despacio— no hubo nudo… al menos no de mi parte ¿y tú?La pregunta de Mason recae en Alaric y todos los ojos de la mesa se van directo encima de la cabeza de Adara.Alaric no entendía porque tenía que platicar
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38. Disculpas necesarias
38 Mason —No sé qué diablos te sucede —dijo mi padre, apenas controlando su enojo cuando Adara y Alaric salieron del salón. Yo tampoco sabía que me llevó a decir esas cosas, pero no quería perderla. —Pensé que te había criado mejor que eso —reclama mi madre con un dejo de tristeza. —Si Alaric la embarazó se la va a llevar, la elección ya está hecha —dictaminé terco con el miedo corroyendo por mis venas. —Ella es una loba única en su especie. Nunca he visto a nadie que pueda tener dos mates —me dijo mi padre suspirando— ¿Por qué la diosa le daría dos mates si debe elegir entre ellos? —¡No lo sé! —grité enojado conmigo mismo. Malaquías estaba tan enojado conmigo que dejó de hablarme y sentía que una daga atravesaba mi pecho. «La voy a perder» pensé para mí. Me sentía tan devastado, casi como si hubiera perdido una extremidad. Había pasado días maravillosos con ella, no me veía dejando todo eso. —No des, nada por sentado con esa loba —pidió mi madre— por cierto… ¿Cómo es como l
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39. Sin interrupciones
39 Santa Mi hija y el alfa pasaron a mi sala mientras cerraba la puerta con temor, quería con todas mis fuerzas que Adara no fuera la loba de la profecía, pero sabía en lo más profundo de mi corazón que eso no era posible que se me cumpliera. —Todavía falta alguien —les dije mientras llegaba hasta donde estaban ellos. —¿Quién falta? —pregunta mi hija hundiendo el ceño. —Tu otro compañero, hija —le dije lo más calmada que pude estar con esta situación. —Yo… —miró al suelo avergonzada por ese hecho. Si tan solo ella se hubiera dejado marcar por otro lobo, tal vez esto no estaría pasando y la vida de mi hija fuera más sencilla, como una omega normal. «No es una omega normal, es nuestra Luna y reina» me refuta mi loba Hellig. La diosa juega con nosotros, a veces no sé si es una deidad o un demonio que juega con sus propios hijos. «Pero, quería que ella estuviera bien, con una vida más normal» le repliqué y mejor corté la conexión con ella. Hellig nunca estuvo contenta con las dec
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40. Confianza al hablar
40 MasonSanta me miró con confianza al hablar, no mentía o al menos creía que todo lo que decía era cierto.—Lo sabemos y es por eso que nosotros no podemos decir nada, fuimos simples omegas al llegar aquí y no quise poner en peligro la vida de Gerónimo —contesta ella muy segura—. Él estaba empeñado en huir fuera de la montaña y tal vez refugiarnos entre los humanos, pero lo mataron cuando lo intentó.Las palabras de Santa estaban llenas de amargura y dolor, aun a pesar de los años que ya habían pasado.—Mamá… —Adara se veía confundida.—Sí, hija lo sé. No queríamos decirte, pero tú no eres una loba común —dijo Santa tomando sus propias manos encima de la mesa— tu crecimiento no fue como el de otros lobos, y allí tu padre y yo nos dimos cuenta que eras la de la profecía. Había que alejarte de los vampiros a como dé lugar.La sangre de los lobos para los vampiros era un elixir que no pueden controlar, si l que dice Santa es cierto, la sangre de Adara es más que un elixir para los chup
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