Capítulo 34. ¿Cuál nos llevamos?
La pareja salió de la clínica, Ricardo tomó la mano de Kate y la hizo detener.—Esto no cambia nada, Kate, lo que tenemos es nuestro —dijo, acariciando la suave mejilla de su esposa.—Te veías tan ilusionado, Ricardo —musitó.—Y sigo estando ilusionado, Kate. Además, la esperanza es lo último que se pierde, mientras tanto, podemos seguir practicando la fabricación —susurró con un tono de voz lo bastante pícaro, como para hacer sonreír a Kate.—¿De verdad no estás desilusionado? —quiso saber, para ella era muy importante saber lo que Ricardo pensaba y sentía.—Somos una pareja, Kate, vamos a luchar juntos y si el destino nos priva de algún tipo de felicidad, siempre encontraremos otra manera de ser felices.—Pero…—No pienses en las cosas que no se pueden cambiar y centra tu atención en las cosas que sí dependen de ti, como nuestra felicidad, nuestra relación, nuestro amor.Kate ahuecó la mejilla de Ricardo.—¿Cómo lo haces? —preguntó ella, su tono era bajo.—¿Cómo hago qué? —le cuesti
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