Luego de que Livia salió de la habitación, Angelina debió tomarse un vaso de agua, casi se atraganta con él, estaba en serio molesta, pero más que molesta, estaba asustada.Acababa de tener una experiencia extrema, una de esas que llaman experiencia límite, en la que su vida y la de Adriano habían estado en serio peligro, pudieron haber muerto, o algo peor… ahora ella estaría abusada, arrastrándose medio muerta en el suelo e implorado por una de dos cosas: o que la dejaran vivir, hecha un guiñapo y tal vez como una sirvienta y solo para cumplir los más bajos instintos de un psicópata, o que tuvieran la piedad de acabar con su miserable existencia.Ninguno de los dos escenarios pintaba nada bien, de modo que estaba realmente agradecida con quien allá arriba le estuviera “echando la manita”, en todo caso, solo por milagro, ella y Adriano habían salido del peligro, y también claro, por la valentía y la agudeza metal de él, pero ella sabía que eso no venía de balde, en serio estaba conven
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