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Todos los capítulos de Santo Pecado : Capítulo 61 - Capítulo 70
86 chapters
60 Cirugía
Angelina se giró para ver a Sofi gritando su nombre.— ¿Qué pasa Sofi?— Es el señor Adriano, ¡Está sangrando mucho! — La chica anunció con voz trémula.Angelina de inmediato corrió hasta arriba a la habitación y con detalle le indicó al galeno por teléfono lo que estaba viendo, Adriano, completamente inconsciente, se desangraba sobre la alfombra, al parecer había despertado y al levantarse se fue de bruces al suelo golpeándose fuertemente en la cabeza.— ¡Doctor! Tiene una terrible hemorragia, temo por él, ¡Por favor debe ayudarme!— Dígale a Antón que lo traslade en el helicóptero directamente al helipuerto de la clínica, él sabe cómo llegar, y que lo haga de inmediato, o no podré hacer nada por él.— Lo haremos doctor, ¡Lo llevaremos lo más pronto posible!Antón preparó la nave e hizo maromas para poder sacarla del hangar después de que Vico detonara las cargas explosivas en la pista, al menos el helicóptero no necesitaba de una para despegar.Sofi y Angelina prepararon una maleta
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61 Un rayo de ilusión
Angelina se lavaba las manos y se quitaba la ropa de uso del quirófano, entró en el sanitario y apoyó la frente contra el espejo con frustración y agotamiento.Se había mantenido fuerte lo mejor que pudo, pero era demasiado para ella, en menos de una semana había pasado de ser una monja a estar secuestrada por un desconocido, de estar secuestrada a convertirse en la esposa de un mafioso y luego descubrir que el mafioso era Adriano, e incluso, saber su verdadero nombre.De odiarlo con todas sus fuerzas a dejar que le hiciera el amor y sentir que probablemente sí lo amaba, pero que no podía dejarse llevar tan fácil y rápidamente, que no le demostraría sus sentimientos porque seguramente ella solo era una más de su lista de conquistas.De odiarlo, a amarlo, de amarlo, a celarlo con la mucama, y a ser atacados por otro loco que estuvo a punto de abusar de ella y matarlo a él.Y ahora, salía de un quirófano en donde Adriano luchaba por su vida.Se miró al espejo, su rostro estaba demacrado
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62 Razonamientos peligrosos
Angelina inspiró profundo y se quedó pensativa por un momento.El móvil de Antón sonó en su bolsillo.— ¿Diga?... ok, por favor, envíamelo hasta aquí — él conversó con la persona al otro lado.En un momento, uno de los hombres de Antón se acercó con una bolsa de boutique en la mano.— Aquí está lo que pidió, señor — El hombre dijo entregándole la bolsa en las manos a Antón, él revisó el contenido y le entregó la bolsa a Angelina.— Tome, dentro hay un abrigo para usted, y una muda de ropa deportiva para que pueda cambiarse.Angelina se miró la ropa con la que estaba vestida, había salido a toda carrera de la habitación con nada más que un pijama de pantalón y camisa de seda y unas pantuflas, todo había sido tan abrupto que ni siquiera pensó en ponerse un sujetador.— ¡Madre santa! — Dijo llevándose las manos a los pechos — Ni siquiera lo había notado.Antón bajó la mirada al suelo con una risita en los labios que supo disimular muy bien.— ¡Gracias Antón! Iré al baño a vestirme.La jo
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63 ¿La salida de Livia?
Angelina habló y habló por largo rato y Adriano escuchó todo lo que ella tenía trabado en el pecho, pensó que había sido un completo egoísta al haberla raptado y negociado de la forma como lo hizo, arrastrándola a esa vida tan complicada solo por su estúpido orgullo y por lo que fuera que sentía en ese momento por ella. Se reprochó el ser tan temperamental, y tomar decisiones a la ligera, y no era que no lo hubiera pensado mucho, no, ese no era el caso, pero ¿Cómo lo había pensado? ¿Con base en qué? ¡Basado en su orgullo, en sus deseos carnales, y en él mismo! Solo en él, en nadie más. ¿Acaso había pensado en la chica? ¿En lo que ella quería? Incluso, ¿En lo que era mejor para ella? ¡No! ¡Pero claro que no! En ningún momento había pensado en la felicidad de Angelina, o en sí ella se adaptaría a la vida como mujer de un príncipe de la mafia, ¡O si quería desligarse de la comunidad religiosa y de cuidar a los niños del orfanato! ¡Carajo! Los niños del orfanato… Esos pequeños habían
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64 Al borde del límite
Antón se petrificó con la comida en la mano y no supo qué hacer, por espacio de unos segundos su cerebro combinó varias posibles formas de interpretar la orden de Angelina, pero siendo sincero, en la mayoría de ellas a Livia le iba muy mal. De pronto, algo dentro de él le susurró desde el fondo de su cabeza que la sacara del hospital y la enviara a una casa de seguridad de la “Corporación” y que luego de que la jefa se calmara, entonces hablaría del tema con ella, tal vez cuando Adriano estuviera dando señales de recuperación.— He… como usted diga señora, le dejaré esto en la mesa y lo haré de inmediato — Antón puso lo que traía en las manos en una mesita cerca de Angelina y se dirigió a Livia — Vamos, debes salir de aquí ya.La mujer se acomodó un mechón de cabello suelto tras la oreja y avanzó hacia fuera con la cabeza gacha y un torbellino dentro del pecho.En cuanto la puerta se cerró tras ella, y había caminado un par de metros, se giró para encarar a Antón.— ¿No vas a hacer lo
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65 Dudas sobre ser un juguete
— ¿Angelina? ¿Angie…? — La voz ronca y profunda de Adriano se escuchó desde la cama clínica.Angelina dio un respigo y se apartó de Antón, girándose abruptamente para verle la cara a su esposo.— ¿Adriano? ¡Adriano, despertaste! — ¡Ella corrió a su lado para abrazarlo olvidando que estaba remendado hasta la cédula — ¡Adriano!— ¡Ah!— ¡Perdón! Es que me emocioné mucho al verte despierto — Se disculpó al darse cuenta de que lo había lastimado sin querer.Adriano creyó haber visto un abrazo entre Antón y Angelina, un gesto un poco íntimo entre los dos, pero en el momento no le prestó mucha atención.— ¿Cómo te sientes? Hemos estado aquí desde que saliste de cirugía.— La señora asistió al médico en quirófano, señor — Antón le dijo a su jefe con una enorme sonrisa en la cara.— ¿En serio? ¡Wao! Estoy orgulloso de ti Angie… — La voz de Adriano se escuchó apenas como un murmullo — ¿Ves Antón? ¡Por eso es que ella es mi mujer, y no otra! — Acabó diciendo con una sonrisa en sus labios, lo di
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66 Poniendo a prueba...
No era fácil para ella, después de todo, nunca encajaría por completo en ese nuevo mundo, solo aspiraba a ser lo suficientemente buena como para mantenerse en su lugar de esposa el tiempo suficiente, para que Adriano se prendara de ella y al final su destino no fuera tan incierto.Sacudió la cabeza para apartar los malos pensamientos y los cuervos que inevitablemente querían hacer nido en su cabeza.— Te noto pensativa — él dijo mirándola sentada en el sofá jugando con sus manos — ¿Pasa algo? No me digas que no, sé que algo te tiene preocupada, creo que te conozco lo suficiente como para saberlo.Ella levantó la mirada.— No es nada, es que… bueno, creo que lo que sucedió fue tan riesgoso…— Así es mi trabajo, aunque te confieso que es la primera vez que alguien llega tan lejos, nunca habían entrado a mis dominios, a ninguna de mis propiedades de ese modo, y menos a la mansión, ese Vico es muy atrevido y no valora en nada su vida, pero pagará por todo lo que te hizo, y por las intenci
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67 La más esperada respuesta
Antón no dijo nada más, ella tenía razón, a su manera, pero aún estaba en la cuerda floja presionando al jefe.— Creo que debes darle espacio para que, de respuesta, no lo presiones, deja que esté mejor y toca el tema de nuevo en casa, que él sepa que no estás interesada en otra cosa más que en él.— Comprendo, eso haré.— Debes entender que todas las mujeres que se le han acercado durante su vida lo han hecho con intereses personales, todas querían poder, dinero, y lujos, tú eres diferente…— Yo ni siquiera sabía quién era cunado, me fije en él, y tampoco tenía ilusiones de estar a su lado, estaba preparada para una vida religiosa, él fue quien me sacó del convento.— ¡Exacto! Recuérdale eso cada vez que puedas, pero hazlo sutilmente.— Gracias por tus consejos, Antón, no eres tan malo como crees…Él bajo la mirada al suelo.— Eso lo crees ahora porque no me has visto en acción, y tampoco a él… no confundas la amabilidad de esta conversación con lo que realmente soy, o lo que somos…
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68 Más problemas
Angelina se deshacía en los brazos de Adriano, su delicado toque fue diferente a cualquier otro que hubiera experimentado antes de él. Esta vez fue tan protector y tan cuidadoso que incluso le infundió tal confianza, que por espacio de un minuto la pelirroja olvidó todos los fantasmas que habían estado merodeando en su cabeza durante los últimos días.Las manos de Adriano la recorrieron despacio y devotamente mientras ella se derretía literalmente en sus brazos.Alguien tocó a la puerta sacándolos de su burbuja personal.— Hay alguien en la puerta — Ella dijo todavía extasiada de su dulzura y sin soltar su abrazo.— Debe ser Antón, le pedí que viniera por la maleta.Angelina se irguió y se arregló el cabello, su personalidad no le permitía dejarse ver en lo que ella hubiera considerado “fachas indecorosas”— Iré a lavarme la cara, ¿Está bien?Adriano asintió con un ligero movimiento de cabeza y en cuanto Angelina entró en el sanitario, Antón cruzo por la otra puerta.— Señor, que gust
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69 El amor y la felicidad
Antón se llevó la mano a la cabeza instintivamente mientras Sofi esperaba su reacción desde el otro lado de la línea.— ¿Antón? ¿Estás ahí? ¡Dime algo por favor! ¿Qué podemos hacer para ayudar?— Nada Sofi… — Dijo con desgano y una terrible jaqueca que comenzaba a ganar terreno — ¡Espera! Si hay algo, por ahora mantengan esto en secreto, el jefe no debe enterarse, no es bueno para su recuperación.— ¡Pero va a enojarse mucho cuando sepa que se lo hemos ocultado!— Sí, pero cuando lo haga, ya podrá pasar una buena rabieta, ahora no debería, eso puede afectarle, estar muy reciente su cirugía.— Es verdad, tienes razón, entonces hablaré con el resto del personal de la casa, pero debes filtrar la información con los hombres de seguridad, ya sabes cómo son de quisquillosos.— ¿Crees que alguien sea tan imprudente como para abrir la boca?— No lo creo, todo pasa por el filtro de Livia, pero en su ausencia pasa por mí, así que…— Entiendo, ¿Ella lo sabe?— No lo creo, me da la impresión de q
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