Alexis Nickolai KontosVeía al pequeño niño corriendo hacia mí, era una réplica mía, todo él, desde la forma de su cara, la forma de su nariz, sus labios, su color de ojos y cabello, eran exactamente como los míos, tenía una sensación de estar viéndome de pequeño.Me arrodillé en el suelo para recibirlo, abrí mis brazos de par en par porque moría por abrazarlo, pero no se detuvo a mi lado, sino que siguió corriendo dirigiéndose detrás mí, abrazó a un hombre tomándolo por el cuello y besándolo en sus mejillas.—Papá, te amo —le dijo con un tono lleno de ternura.Esa escena me golpeó como un torbellino de emociones. ¡Observé al niño que me recordaba tanto a mí! Mi Corazón latió con fuerza mientras intentaba comprender la escena frente a mí.—No, yo soy tu papá —le dije girándome hacia él y el niño negó con la cabeza.—¡No! ¡Tú no me quisiste!Al escuchar esas palabras me desperté sobresaltado, con una leve capa de sudor cubriendo mi frente, y mi corazón encogido en mi pecho producto de
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