205. FAMILIA ll
Gabriel se quedó mirándola, intentó mover la mano pero el dolor fue demasiado intenso, por lo que desistió. Después de reflexionar un momento, sin dejar de observar cómo el vientre de su esposa seguía abultándose, le pidió que le acercara la barriga a su rostro.— ¿Para qué, cariño? —se sorprendió Evelin.— Para hablar con ella, no puedo doblarme, también quiero darle un beso —dijo seriamente. Al darse cuenta de que lo decía en serio, Evelin aceptó.Se incorporó y giró hasta que su vientre quedó a la altura de la cabeza de Gabriel, quien la besó repetidamente mientras hablaba con cariño a su hija.— Papá está bien, bebé, duérmete, todo va a estar bien, papi está aquí cuidándote —le decía mientras le daba muchos besos en la barriga, ante la mirada emocionada de Evelin.—La tienes muy engreída, Gaby. Cuando nazca, si tienes que viajar, me tendrás que llevar con ella. Mira cómo dejó de moverse —señaló sonriente el vientre, ante la mirada complacida de Gabriel que sonreía feliz—. Menos ma
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