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Todos los capítulos de Secreto por amor: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo 30
—Arriba, arriba, arriba —gritaron al unísono—. Ya es de día.—¡Qué bonito despertar! —espetó el joven sonriendo.—En tres días te preguntaré si piensas lo mismo —carcajeó la chica.—Claro que sí, está recarga de energía es hermosa. —Los niños lo tenían prisionero con sus pequeños brazos.—Tenemos hambre —espetaron a la vez.—Entonces deberán dejar que nos levantemos para que podamos hacerles el desayuno —comunicó su madre.—Sííí —exclamaron bajándose de la
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Capítulo 31
Dustin la condujo hasta la sala de emergencias para averiguar qué había sucedido con su madre, en el camino le indicó que no podría estar mucho tiempo porque tenía una nueva operación. Llegaron al lugar y el médico se comunicó con los doctores de guardia para saber, mientras el hombre hablaba, Kimberley vio a su hermana hecha un mar de lágrimas acercándose.La mujer no pudo hacer más que abrazar sin consuelo a su hermana, la joven vio confundida cómo Dustin hablaba con un compañero y cambiaba su expresión por completo, en el mismo momento en que Jennifer le decía al oído que su madre había fallecido. Los músculos de la joven se aflojaron todos y sintió que su cuerpo se desplomaba en el suelo, si no fuera porque su hermana alcanzó a sujetarla, mientras pedía ayud
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Capítulo 32
Ambos bajaron a la vez y él rodeó el auto, mientras ella lo esperaba al lado de la puerta por donde bajó, la tomó de la mano e ingresaron a la casa y detrás de ellos su hermana con la pareja. Los niños estaban ocupados jugando con unos bloques y sus primos, se notaba que el ambiente no era óptimo y los cuatro pequeños lo presintieron. Francis se encargó de despedir a Amber en la puerta.—Haré un poco de café —comentó su hermana levantándose del sofá—. ¿Quieres uno? —le preguntó Jennifer.—No, solo quiero acostarme —dijo cargando su cabeza sobre el respaldo del sofá donde estaba, Francis se sentó a su lado.—Ve a acostarte un rato, hermana. Yo me quedo
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Capítulo 33
Kimberley había dormido toda la tarde, y al ver por la puerta de cristal que conducía al parque posterior se dio cuenta de que ya era de noche, la luna se encontraba grande en el cielo, y deseo poder brillar tanto cómo ella, pronto. Ingresó a la cocina donde se encontraban todos, los niños jugaban en la mesa junto a Jennifer armando un rompecabezas grande, mientras que Dustin junto a su prometida Leila se encontraban conversando con Michael.—¡Lo siento mucho, Kimberley! —indicó Leila con un abrazo.—Mi más sentido pésame —comentó Dustin tocando el hombro de la joven en señal de apoyo.—Gracias a ambos —acotó la chica suspirando.—Sé lo que
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Capítulo 34
La pareja se despidió de los presentes y decidió dejar el parque detrás. Los tres entraron a la casa para ir hasta la entrada principal. —¿Michael desde cuando no te gusta el cine? —inquirió extrañada Jennifer. —Lamento haber mentido —indicó a su pareja—. No me ha caído bien, ese tal Dustin. —Es el cuñado de mi hermano, Mich —indicó la mujer, espantada. —No te preocupes, el hermano tampoco tiene una muy buena relación con él —declaró Kimberley. —Siento haber sido descortés, pero hay algo que no me gustó de él. —Se disculpó con su cuñada. —No te preocupes, no podemos gustarles a todos, ni todos gustarnos a nosotros —comentó ella—. ¿Quieren más café? Leer más
Capítulo 35
La joven había tardado más de lo que Francis creía por lo que fue a buscarla, cuando abrió la puerta sigilosamente por sí los pequeños dormían, vio que ella estaba dándole el beso de buenas noches.Le sonrió al verlo y el joven le devolvió el gesto.—¿Quieres darles el beso de las buenas noches? —inquirió en un susurro.—No quiero despertarlos —musitó el joven aún en la puerta.—No lo harás —acotó ella.El joven pasó y ella le cedió el paso para que lo hiciera.Luego ambos salieron tomados de la mano. Francis acorral&oacu
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Capítulo 36
El sol ha vuelto a salir para toda California por igual. Aunque la rutina de Dustin y Leila distaba mucho de lo que era para la familia de Kimberley y Francis. La joven prometida se encontraba tomando café en la sala de su casa, mientras veía un poco de noticias en su tablet. Estaba distraída y no escuchó cuando su prometido había ingresado, él se dio cuenta y quiso sorprenderla.—¡Buenos días! —La chica se sobresaltó y arrojó lo que quedaba de su café sobre el asiento del sofá.—Maldita sea, Dustin. —Escupió molesta al ver lo que había hecho, se apresuró a secar la tablet que también se había mojado.—Solo fue una broma —espetó cambiando su humor.Leer más
Capítulo 37
Francis quedó viendo como se alejaba su hermano, pensando en todo lo que habían hablado y tratando de entender porque su relación con Kimberley era tan armónica, no porque no tuvieran alguna que otra discusión, pero peleas fuertes como la de Dustin, nunca había pasado. Sin duda era una mujer que no debía dejar escapar. Dustin bajó hasta el estacionamiento y abandonó el lugar, tardó un par de horas hasta que se animó a llamar por teléfono a su prometida. Varios timbrazos después, alguien respondió del otro lado. —¡Hola! —escuchó una voz masculina que le era familiar. —¿Quién habla? —preguntó confundido y escuchó un sonido extraño. —¿Dustin? —preguntaron del otro lado, la voz era femenina—. ¡Me escuchas! —Me equivoqué de n
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Capítulo 38
El resto del viaje, Francis sacó otro tema de conversación para que su mellizo no siguiera sintiéndose mal. Hablaron un poco de trabajo, y otro poco de cine. Ayudó a su hermano con las cosas en su casa, al ver toda la ambientación, sintió pena por el joven. Y pensó que quizás, Leila no era para él, como no lo había sido su ex. Las relaciones largas sin compromiso real, no funcionaban. Fue en ese momento en que se sintió bendecido de apresurar las cosas con Kimberley. Veinte minutos después estuvieron nuevamente en el auto, rumbo a la casa que Francis compartía con su prometida. Aparcaron el auto contra el borde de la acera y bajaron casi al unísono. Dustin iba caminando detrás de su hermano, observando el parque delantero cómo si nunca hubiese visitado la casa. Ingresaron a la propiedad y vieron que la joven esperaba cubierta con una manta sentada sobre el sofá. Leer más
Capítulo 39
—¿Estás ocupado? —preguntó el hombre serio.—No, pase. —El hombre pasó y él cerró la puerta—. Tome asiento —dijo invitándolo a sentarse, con pocos ánimos—. ¿En qué puedo ayudarlo doctor Smith? —inquirió el joven.—Me han notificado que dejó la sala de operaciones hace unos minutos. ¿Quiero saber que te sucede? —preguntó recargando su cuerpo sobre la silla.—No sé que me sucedió en el quirófano, usted sabe que no soy así…—No necesitas justificarte conmigo —indicó el mayor—. ¿Quiero saber por qué te saliste en medio de la operación
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