Ninguno de los dos estamos haciendo algo malo; él es libre desde hace varios años, y puede que suene extraño, pero David no tiene por qué guardar luto por su difunta esposa toda su vida.Me levanto de la silla, sintiendo una mezcla de indignación y rabia correr por todo mi cuerpo.—Si te vas, David se enterará de todo —, me lanza.Me detengo en seco. No sé qué tiene para decirle a David, o qué cuento se va a inventar, pero no le mostraré que sus palabras me están afectando, que lo que sea que tenga para divulgar en mi contra no me importa, porque yo no oculto nada.—Se equivoca si cree que le tengo miedo —, alzo mi mentón y clavo mis ojos en ella. —Soy una persona transparente y David lo sabe. No elaboro artimañas para conseguir algo o hacer creer otras cosas, como acostumbran a hacerlo otras personas.—¿En verdad piensas que él cree conocerte? —, sonríe. —No estoy segura de eso, querida. Si no, pregúntale si confía en ti. —Sus palabras son veneno puro, y siento cómo me atraviesan com
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