Luciana había decido hacer que Santiago y Emily volvieran con ella, claro seguía aterrada, tenía miedo, pero debía luchar por lo que quería y eso era esa hermosa niña con su padre. Prefería al Santi tierno, cariñoso, atento y apasionado que al frío, y arrogante que había visto estos últimos días. Decidió ir a comprarse un hermoso vestido, luego iría almorzar algo para terminar en el salón de belleza, aunque ella no estaba seguro sí debía luchar. Cuando llegó al centro comercial estaba decidida en que quería impresionar a su hombre, aunque esa tal Camille era hermosa no iba a dejarse amedrentar, Luciana sabía que era hermosa y las armas que tenía para poder seducir a un hombre. Escogió un vestido con el que se sintió, sexy, hermosa y cómoda, lo combinó con unos zapatos y un bolso de mano, con una enorme sonrisa una que borró cuando se topó de frente a Guiselle, la madre de Diego, quién también se sorprendió al verla, no esperaba encontrarla ahí, menos un día entre semana y que ademá
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