Luciana hacía muchos años que no dormía también, pudo sentir como un fuerte brazo la tenía abrazada desde su espalda, suspiró sintiéndose segura, pero cuando ya empezó a despertar de ese sueño tan maravilloso se dio cuenta que no era nada producto de su imaginación, que todo era real, abrió los ojos de golpe y algo en su pecho se oprimió —¿De verdad se había acostado con Santiago? — cerró los ojos con fuerza, a su mente llegó Diego, todas esas veces que había amanecido a su lado, lo feliz que se sentía, y luego el día en que todo acabó y el dolor la invadió, la desgarró por completo, los días tan horribles que llegaron después de esa noticia, no, no, definitivamente ella no podía volver a pasar algo así, simplemente no iba a poder soportar ese dolor tan grande de perder a la persona que amas, se levantó de la cama, se vistió y antes de salir le dio una última mirada a Santiago, él era perfecto, pero ella sencillamente no podía volver arriesgar su corazón. Se dio una ducha rápida, quer
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