A Vincet no le gustaban las mascotas. La razón… estas eran casi como una carga, había que cuidarlas, alimentarlas, vigilarlas, llevarlas de aquí para allá si se enfermaban, en resumen, era una responsabilidad que a él no le gustaba. Por eso mismo no tenía una pareja fija y seria. Era tener que estar pendiente a una persona y sentir preocupación… como ahora.Detestaba ese sentimiento. Hacía que su pecho se apretara y la inquietud bailara por todo su cuerpo.Ni siquiera se ponía así cuando tenía que cerrar los contratos más importantes de su vida. No. Vivir libre era lo mejor. Sin nada que lo perturbase y disfrutando de los placeres de la vida. Era un lujo que se podía dar… entonces… qué hacía él volviendo casi a medianoche a su penhouse con el corazón casi en la garganta formando miles de escenarios en su cabeza, en vez de estar camino a un hotel u otro lugar.Muy fácil. No vivía solo ahora, y la mujer que estaba en su casa ni había respondido su celular en todas las veces que la había
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