—¿Qué sucede aquí? —exclamó Evana al verlos, tenía el ceño fruncido, incrédula de lo que veía. —Es mi culpa, tía, quizas me odiarás, pero, la verdad es que, me enamoré de Natalia, la amo y quiero casarme con ella, ahora que sé que no somos primos. Evana dio un paso atrás, sus ojos eran enormes. —¿Qué dices, Andresito? ¿Te das cuenta de lo que dices? ¡Se criaron como primos! —exclamó Evana completamente confusa. —Lo sé, pero, surgió, la verdad llevo años amando en secreto a Natalia, y esto solo me destrozaba todo el tiempo, perdóname si te sientes ofendida pro mis palabras, tía Evana. Evana no se sentía ofendida, pero no sabía como sentirse al respecto, eran demasiadas cosas, tocó su cabeza. Está bien, miren, Andrés, Natalia, ahora todo esto es complicado, veamos una cosa a la vez, hablemos de esto, cuando Natalia ya este lejos de este infierno, ¿sí? Ahora déjame hablar con ella, Andrés. Él asintió. —Estaré afuera, no me alejaré de ti, Natalia. Ella sonrió, asintió. —Madre… no
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