Cuando el matrimonio se vistió con la ropa limpia que les habían llevado, Amanda lo hizo en el cuarto de baño. Aún era muy pronto para dejar todo su pudor y con el temor de tener alguna pérdida sanguínea, prefirió vestirse en privado. Walter sonreía, lejos de estar molesto, le gustaba la frescura y la timidez de su esposa. Él sabía bien que eso se iba gradualmente cuando la excitación se presentaba y cedía sin impedimentos a sus caricias, besos y todo lo demás. Amanda había observado aquella ropa que le habían llevado, pero sus ojos se habían detenido en la lencería que debía usar. Tocó ese conjunto negro y transparente, apenas había unos bordados en la zona de sus pezones y nada más. No tenía nada más que usar, así que sin meditarlo más se lo puso. Era mejor usar eso que poco cubría, antes que no usar nada bajo ese vestido tan hermoso. -Te ves tan linda- Walter la elogió cuando la vio, realmente era una mujer muy bella-Gracias, aunque estoy un poco incómoda- Se sinceró, era el mom
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