Dicen que el destino, es impredecible y realmente parece que así es. Mariah entra al bar, necesita tomar un trago a solas y no tener que pensar en nada. Los encuentros sexuales con los multimillonarios con los que ha estado saliendo, realmente le ofrecen lujos y distracción pero a cambio, ella debe entregarse a ellos y a sus oscuros deseos. No tenía nada que ver con ser escrupulosa, sino que por primera vez, en el tiempo que tiene separada de Miguel, extraña su cariño, la manera en que la consentía, la manera en que me hacía el amor, eso era incomparable con lo catastrófica y vacía que se había vuelto su vida desde que decidió abandonarlo. Si tan sólo tuviese una oportunidad de conquistarlo, sin duda la aprovecharía. Mientras bebé su trago, observa al cantante de la banda que se presenta esa noche en el bar. Inicialmente le parece muy atractivo, pero es pobre, ningún cantante de bar tiene donde caerse muerto. Sin embargo, en repetidas ocasiones, el hombre desde la tarima la obse
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