Solté todo el aire que no sabía que estaba conteniendo y suspiré profundamente. Organicé mis pensamientos por un segundo y lo seguí de cerca, indecisa y muy nerviosa. Joder, en mi cabeza decirle que estaba embarazada era muy fácil, pero al tenerlo de frente, es una cuestión muy diferente. No sé cómo decirle que será padre.Entramos a la casa en completo silencio, por lo que escuchamos a la perfección las palabras de Katie, las cuales me hicieron sonreír:—Ella nos enseña lo básico, aún nos falta mucho para llegar a ser como ella.—Ojalá eso nunca suceda, por el amor de Dios —dijo Gabriel, dándome una mirada maliciosa y una sonrisa burlona—. Yo te amo, Kat, pero si te pareces a ella, dejarás de ser mi sobrina favorita.—Soy la única —sonrió.—Bueno, el punto es que no quiero verte convertida en bruja dominante y fea.—Calla el hocico, maldito perro pulgoso —gruñí.—¿Ves lo que sucede con tipas como ellas? Además, está loca.—Tengan sexo desenfrenado en lugar de estar tirándose indirect
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