Alina—Sí, si me encuentro bien —respondo a Sorin. El pobre hombre corre hacia mí con las mejillas encendidas y la preocupación surcando su frente.No quiero preocupar a nadie, mucho menos que Lucian se entere de mis recientes mareos, así que pretendo que no ha pasado nada, pero la verdad es que no me siento nada bien.—¿Está segura? No parece que…—Sorin, de verdad, estoy bien. Solo me resbalé y tropecé con la mesa, es todo.Él me mira suspicaz, evalúa mi reacción para asegurarse de que no le estoy mintiendo, y por la forma en la que suspira, creo que no confía en mi palabra.—Su majestad, puedo llamar a Leofric si hace falta, él puede revisarla.—Sorin, ya te dije que no ha pasado nada, y por favor, no me digas su majestad, sigo siendo yo, puedes llamarme Alina como siempre.Hace una reverencia ante mí y sonríe con su característica expresión paternal.—Está bien, Alina. El amo Lucian me ha dejado a su cuidado, si le pasase algo él…—No te preocupes, yo te defenderé si hace falta —l
Leer más