FIN DE LA PESADILLA. April abrió los ojos lentamente y lo primero que vio fue a Marcelo a su lado, dormido con su mano entrelazada, una cálida sonrisa ilumina su rostro. Una sensación de tranquilidad y amor inunda su pecho, como si finalmente hubieran vencido todos los demonios que los acechaban. Con dificultad, extendió su mano para acariciar el cabello de su esposo, pero el movimiento lo despertó. Sus ojos se encontraron y en ese instante, él se incorporó rápidamente. ―Mi amor ―susurro Marcelo con voz suave, y April le respondió con una sonrisa tierna, instándolo a acercarse. El hombre obedeció solo para ser recibido por sus labios en un beso suave pero cargado de significado. Marcelo se apartó y miró el rostro de su mujer, finalmente la pesadilla había terminado y ahora solo quedaba ser felices. ―¿Quieres agua? ―pregunto al ver que ella no decía una palabra. ―No. ―murmuro April ―Yo… solo quiero saber… Había recordado al bebe, aunque hizo lo posible para protegerlo, aún era mu
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