***Hoy era un día hermoso para salir de compras con Callum. Teníamos tiempo que no la pasábamos tan bien por todo lo que había ocurrido las últimas semanas. Y justo hoy, donde la primavera nos vuelve a sonreír, decidimos tomar este día para los dos. —¿Te gusta el de flores? —le pregunté, modelando para él un vestido blanco con flores amarillas muy primaveral —¿O prefieres el anterior?. —Ambos me gustan —confirma, mirándome de pies a cabeza —. Quiero los dos. Le sonrío volviendo al vestidor. No ha habido alguno que no le guste, excepto el que tenía una escote de encaje en mi espalda. Cuando salgo nuevamente ya vestida como mi ropa casual, no lo veo sentado en el sofá, sino hablando con la mujer de la boutique. Ella asentía a todo lo que decía, movían sus labios, pero no podía escuchar nada. Justo en ese momento mi cara se pone roja al ver las prendas de lencería que trae la mujer en sus manos. Se las enseñó a Callum, y este las escogió casi todas. Entre ellas unas color rojo, y o
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