Sabía que, si ellos no le daban más opciones, era porque solo podía limitarse a estas. Por lo que, respiró profundo y confiando que aún no era el final de su relación con Aitana, salió de la galería.Deseaba quedarse a observar que era lo que pasaba, pero, sabía que no tendría el valor para soportar algún problema, además, no quería presionar tanto a los doctores, al punto que se concentren más en su presencia, que en lo que hacían en el cerebro de Aitana.Por ello, miró a la mujer en la camilla y visualizándola dormida y cerca de él, le susurró:—Mantente con vida, Aitana. Tus hijos te necesitan, yo te necesito—Después de eso, se marchó derrotado hasta la sala de espera donde se desplomó en una silla. Helmut, había durado días enteros enfrentando una guerra y no se había visto
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