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Todos los capítulos de La obsesión del alfa: Capítulo 81 - Capítulo 90
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Capítulo 81: Fuego
El hombre que se me había confesado y también, me había prometido castigarme, me coloca sobre uno de sus hombros causando que emita un pequeño grito por la sorpresa de su movimiento rápido.—¡¿Q-qué rayos estás haciendo?! —grito escandalizada.—Voy a darte la lección por mentirosa, —Dice Jareth como si eso resolviera todas mis dudas.—¡Y-yo no te he mentido! —digo de inmediato.—Si que lo has hecho, cariño. Porque tú no quieres irte. Tu cuerpo me lo dice. Aunque tu boca diga lo contrario, todo en ti me dice la verdad— dice el hombre que me deja sobre la cama.Sabiendo el peligro que estoy corriendo, intento girarme y huir y es allí cuando un golpe en mi trasero, me detiene. Sorprendida, miro hacia el hombre que coloca sus manos en mi cadera y en un movimiento rápido, me coloca sobre mis rodillas.—&
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Capítulo 82: Tener hambre
No sabía que hacer o decir, porque si me dejo llevar por la lógica, que una omega desterrada de su familia, sea acogida por una familia de alfa tan poderosa, era un logro grande, pero, casarme con el heredero de dicha familia, era más que eso.‘¿Qué hay de su polla dentro de ti? ¿Eso es un logro más grande que casarte con él?’ pregunta mi mente y yo me ruborizo.—¿Qué pasa? ¿La verdad te ha dejado muda? —pregunta Jareth sonriendo porque sabe que dijo la verdad.Trago duro e intento pensar en cosas que me calman, para poder enfrentar al hombre que se niega a dejarme ganar una sola vez. Así que, después de calmarme solo un poco, le sonrío.—Estaba analizando las cosas. Solos unos prometidos que no se aman, pero, tienen mejor vida juntos que los que si se aman— murmuro y él asiente—Eso es verdad, no nos amamos, pero
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Capítulo 83: Visita molesta
Era evidente que ya no estaba enojado por lo de esa desagradable mujer, ni mucho menos estaba interesado en llamar a su madre para informar lo que le había dicho. Así que, si había logrado mi objetivo, pero, a que costo.Ahora, como si fuera una especie de deja vu, estaba en medio de una gran espada y la pared, con una mirada roja que me decía el peligro que podría vivir si sucumbía a la tentación que este hombre me proporcionaba.—No vamos a tener sexo— digo firme y Jareth sonríe.—Parece que estoy en un deja vu, porque esas palabras las he escuchado salir de tu boca en el pasado, Adhara y los dos sabemos cómo terminamos— dice Jareth y yo me sonrojo.—Esta vez es en serio— digo empujándolo.—Oh, entonces, ¿la vez pasada no fue en serio? Era solo un simulacro, ¿verdad? —pregunta Jareth en tono burlón y yo me esfuerzo por
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Capítulo 84: Dos hombres lobos
El desagrado me invade al ver al hombre y me siento patética por haberme derrumbado al haber sido traicionada por alguien que lógicamente me había hecho un favor al no engañarme hasta el final y vivir una condena que seguramente mi hermana ahora está viviendo. —No entiendo que haces aquí. Cuando decidiste engañarme con mi hermana, escogiste ser su familia y no la mía— digo y él sonríe.—Aunque no estemos juntos, somos familia. Somos cuñados, Adhara, recuerda eso— dice Blake y yo sonrío.—No, Blake. Dejé de ser tu familia cuando me desterraron de los Simpson. Así que, no entiendo para qué vienes a molestar a una casa donde no eres bienvenido— digo firme. —Aún no he visto que un lobo como yo sea rechazado en una humilde casa de omegas— dice Blake levantándose y el señor John retroce
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Capítulo 85: Ser defendida
Debía decirlo, esa frase que había dicho Jareth, me ha emocionado demasiado. La mujer en mi interior que anhelaba que lucharan por su amor, estaba tan feliz que ha comenzado a construir en mi mente un estadio del tiempo de antes donde la arena era el mejor lugar para un combate.Pero, no debía permitir que ellos se enfrentaran en el humilde hogar del señor John. Uno que ellos me han abierto para que viviera aquí y no, para que traiga a dos lobos a pelear. Así que, sabiendo como podría calmar al hombre que me cubre dejándome su espalda como único campo visual, doy un paso hacia delante para calmarlo.Sabia cuan territoriales son los hombres lobos y por ello, rodeo la cintura de Jareth con mis brazos que sin duda, se ven demasiado pequeños en comparación a su cuerpo. Pero, al parecer, parece la correa perfecta para el hombre que ya tenía su corazón latiendo con fuerzas y ahora, lo sien
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Capítulo 86: Detenerlos
El hombre que solo había visto con rostro serio durante mi noviazgo con Blake, tiembla notablemente ante las palabras de Jareth. Era como si el hombre a mi lado, fuera un justiciero que nadie puede tocar. —Le aseguro que le daré una lección a mi hijo. Como he tenido tantos hijos ya grandes, di por sentado que él aprendería con el ejemplo de mis hijos mayores, pero, veo que me he equivocado— dice el señor Dankworth —Padre, eres un alfa también, no deberías complacer a este señor, solo porque proviene de una adinerada— dice Blake con evidente molestia. El hombre camina hacia su hijo y le da una bofetada que me hace estremecer al recordar los golpes que Carrier me daba cuando demoraba en hacer algo que ella quería inmediatamente. Aunque me había prometido actuar fuerte, el golpe que despierta esos recuerdos desagradables, hacen que tiemble y el hombre a mi lado, me abraza recordándome que no estoy sola. La Adhara de aquel tiempo, ya no existe ni debe ser
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Capítulo 87: Estar feliz
Después de que ellos se marchan, el enfrentamiento termina, pero, un miedo aparece. Ya que, Jareth me había encontrado con mi ex prometido a solas y precisamente hablando de cosas que eran comprometedoras, y no sabía cómo iba a reaccionar.—¿Te encuentras bien? —pregunta Jareth y yo me alejo un poco de él para asentir.—Pensé que te habías marchado— murmuro y Jareth suspira profundo.—Sentí el olor de un hombre en la casa y me quedé esperando que pudieras hacerte cargo de ello. Cuando ya no pude esperar más, entré a la propiedad. Espero que no te moleste— dice Jareth y yo niego.—Gracias por no desconfiar de mí y dejar que me haga cargo— digo y él me sonríe.—Quieres ser fuerte, por eso, te dejo enfrentar esto. Pero, si ya no quieres serlo, puedes decirme y yo me haré cargo de todo&mda
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Capítulo 88: Ser entregada en el altar
El día de la bodaDespués de tantos preparativos, que hacían mi día más agotador, el día de mi boda llega y con este, el nerviosismo por el temor de que las cosas no salgan bien después de esto.Durante este tiempo había estado trabajando en la empresa de Jareth y sus amigos mi profesión. Por lo que, había dejado mi puesto de trabajo en la empresa donde Jareth y yo nos habíamos reencontrado.Aunque esa empresa es muy grande y está muy bien consolidada, ser parte de una empresa que promete mucho crecimiento, es una oportunidad que no pienso desaprovechar y por eso, me quede en la empresa donde ejerzo la carrera que estudie.—Ya estamos por comenzar la ceremonia— avisa la organizadora del evento y yo asiento.Jareth no quería que trabajará hoy, pero, sin familia que calme mi nerviosismo, lo mejor era distraer mi mente trabaja
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Capítulo 89: Comentarios lujuriosos
Estoy muy conmovida por las palabras del señor John, al punto que tuve que utilizar un pañuelo que Jareth me había entregado, para poder secar esas lágrimas acumuladas en mis ojos, que amenazaban con arruinar mi maquillaje.La ceremonia apenas había comenzado, ya yo había confirmado que hoy era el día más feliz de mi vida. Porque, además del discurso del señor John al momento de entregarme, podía sentir la mano cálida del hombre que me sonreía cada vez que giraba a ver.La ceremonia había ocurrido sin algún problema. Por lo que, después de escuchar el tan anhelado: ‘los declaro marido y mujer’, El alivio me invade al confirmar que ninguno de los miembros de mi familia va a venir a arruinar esta boda.Justo cuando suspiro después de haber mirado hacia la puerta de la salida, el Sacerdote, nos da el permiso de besarnos y por eso ya ret
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Capítulo 90: Su obsesión
La mujer que nunca hubiese estado de acuerdo en tener sexo en un auto en movimiento y menos, con un vestido con tantas telas encima, se aferraba al cuello de su esposo porque el orgasmo que estaba por destruirme completamente, provocaba espasmos que si no era porque me aferraba a su cuello y él me abrazaba, habría caído desplomada.Los gemidos que en el pasado me hubiese dado demasiada vergüenza, hoy era motivo de satisfacción, porque me sentía demasiado bien y los gemidos, eran el sonido que confirmaba dicho placer.Jareth, tiene su rostro en medio de mis pechos y sabiendo como me enloquece, mordisquea levemente mis pechos, prolongando los espasmos del orgasmo que aún estaba en mi cuerpo.Me encontraba agotada y satisfecha, como si todo el día hubiese esperado esto, porque toda posible tensión que sentí desde que empezó el día, desapareció con este orgasmo.—&i
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