Sabía que lo que estaba por decirme era algo delicado y por eso, no me atrevía a preguntar algo, solo esperaba que se pudiera calmar y como lo había prometido, contarme hasta sus más oscuros secretos. Esos que deseaba atesorar porque sabía cuánto dolía ser lastimado.—No tenía idea que era lo que sucedía, pero, mi niñera me llevó como todos los sábados al parque cerca de la casa y como lo hacía en mis cumpleaños, me compró un helado de vainilla que tanto me gustaba, —Dice Jareth y no puedo ver algún rastro de alegría.—A mí me gusta el de chispas de chocolate— murmuro deseando que se concentre en algo más, pero, su mirada me dice que se ha perdido en los recuerdos y que estos, le causan mucho dolor.—No sospeché algo, era una niñera que me había tenido desde que nací. Mi familia confiaba en ella, como yo lo hacía. Pero, ese día demostró que no nos veía como alguien de su familia, como nosotros si la habíamos visto.>> Por eso, no dudó en darme somníferos en el helado y mucho menos, le
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