—¿Por qué?, como, tu ideaste algún plan, espera ese es tu secreto oculto —exigió Daniel, sus ojos fijos en ella, como si con su mirada pudiera extraer toda la verdad que ella escondía.—No, no hice nada para separarlos el destino lo hizo, y no es ese el secreto ¡Nunca lo sabrás! —replicó Margarita, cerrando la discusión con una fuerza inquebrantable.Alejandro se pasó las manos por el cabello, exasperado, mientras observaba la situación.—Ya basta. No quiero seguir hablando de esto —dijo, su tono lleno de cansancio—. Valeria necesita descansar, todos necesitamos un respiro y desayunar tambien. La llevaré al apartamento, donde podrá relajarse y alejarse de esta locura.Daniel apretó los dientes, al borde de la explosión. Sin embargo, Valeria, que apenas podía mantenerse en pie, lo tomó suavemente de la mano y lo miró con ojos cansados.—Daniel, cálmate… Por favor —susurró, casi rogándole—. Te mandaré mensajes y mientras estemos en comunicación, todo estará bien.Daniel la miró, su expr
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