Con sus palabras tan excitantes, no puedo evitar sentirme aún más mojada, mordiéndome un labio, mientras llevo mis manos a sus hombros.—Yo estoy lista, ¿Pero usted lo está, señor Conrrad? —pregunto presionando suavemente la tela de su camisa entre mis dedos— Para que pueda tomarlo en mi interior usted necesita desnudarse, ¿No es verdad?—Sí, supongo que es cierto… Deberías ayudarme con eso.Debido a la cita en el restaurante del resort, mi jefe estaba usando una ropa semi formal, con una camisa negra de muy buena calidad, unos pantalones obscuros, y unos zapatos de cuero negro. Su aspecto es increíble, pocas veces tengo la fortuna de ver a William Conrrad lejos de sus corbatas y trajes elegantes de trabajo, así que este aspecto suyo es maravilloso.Y aunque quiero admirar su apariencia no tan refinada por un par de minutos más, el deseo de sentirlo darme placer es mayor, por lo que no dudo más y de forma temblorosa comienzo a quitarle la camisa que trae. Me siento tan nerviosa y exci
Leer más