Todos me lo advirtieron, y como me dijo el padre, antes de haber intimado de nuevo debí contarle. Sus actos por terminarme de ese modo tuvieron una consecuencia, no era lo correcto ocultarlo, pero podía justificarse, y por el actuar de los dos le costó seis años de cariño a mi hijo. Pero estos días, desde mi reencuentro, es lo que me condenaba y me hacía la villana. No tenía a nadie a quien culpar más que a mí misma por ser tan egoísta, yo y solo yo soy era la culpable.Alejandro no tenía desprecio en su mirada, no era ese el sentimiento que afloraba su mirada. Era de decepción. Fui testigo de ver cómo mi imagen se destruía en su mirada, piensa que lo hice por venganza y tal vez fue así. Eros se había mantenido a mi lado, era tarde, pronto se dormirá, además extrañamos a Ernesto, hoy no iba a dormirlo, el alma me duele, Fernanda hace una hora se fue.Todo lo que ella dijo fue el resumen de lo que por separado me habían dicho mis padres, Elsa, Ezio, Bastián, Maju y Blanca. Hasta las pa
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