Tengo el cuerpo desnudo de mi mujer en mis brazos, ¡Dios! Como amo a mi mujer, comencé a darle besos por la espalda hasta llegar a sus nalgas, comenzó a moverse.—Señora Orjuela, despierte, la invito a tomar un baño, son las seis y debemos pasar por los niños.Le mordí suavemente el pezón, ya estaba duro de nuevo, pero anoche hicimos el amor tres veces, nos acostamos quién sabe a qué hora de la madrugada.—¿Me cargas? —sonreí, la cargué, rodeó sus largas piernas en mi cintura, con la lactancia tenía los senos muy grandes—. Tu soldadito se ha levantado.—Podemos hacer dos cosas el tiempo.—¿En serio?Esta versión de Virginia disfrutando de la sexualidad me tenía loco. La provocadora comenzó a moverse y el baño quedó para dentro de unos minutos, la tomé sin tapujos, de una manera salvaje la penetré…Por estar haciendo lo que podía esperar, ahora corríamos en busca de nuestros hijos. Pero gracias a lo organizada que era mi Belleza, las maletas ya estaban listas. En mi carro nos iremos co
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