Adrian llevó escaleras arriba a su amada cargándola en sus brazos, no dejó de mirarla por un segundo a los ojos, temiendo perder esa magia, el miedo a perder la intensidad de esa mirada oscura y llena de lujuria que no podía esperar, al igual que él, a llegar a la habitación matrimonial del joven, que desde hacía días que aguardaba impaciente que la otra parte del colchón sea calentada con el hermoso cuerpo de Emilia.-Nos vamos a caer- murmuró la azabache, en un susurró cargado de pasión, mientras el joven CEO subía poco a poco cada escalón, con cuidado de no pisar mal.-No te preocupes, yo te protejo si eso llega a pasar- exclamó seriamente, haciendo sonreír a la joven, quien no pudo evitar besarlo con fuerza mientras sus manos se enroscaban alrededor del cuello del hombre- Guarda un poco para el cuarto- exclamó el joven, cuando pudieron respirar nuevamente.Emilia rió divertida y enrolló un rizo del castaño alrededor de su índice y luego tironeó de él, jugueteando con los sensorial
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