Los pensamientos de Ángela iban a toda velocidad y en distintas direcciones. Sabía que no tendría ninguna pareja. No quería líos, ni suegras locas y manipuladoras, mucho menos un hombre infiel. Por otra parte pensaba que peor no podría irle. Jesús amaba a Vincent, realmente lo adoraba y no tenía quejas al respecto en su desempeño como padre. Si su hijo era feliz, ella también debía serlo. Si su hijo quería que ocurriera una boda, tal vez tendría que ocurrir. Vincent amaba al niño y la hacía sentir apoyada al menos en ese aspecto, aunque en los demás sentía que la asfixiaba con su sobreprotección y propuestas incómodas. -Está bien, tu ganas pero espero que entiendas que no te amo ni te amaré. No esperes conmigo un matrimonio real porque eso no va a suceder- Advirtió y él sonrió pensando en los métodos que usaría para convencerla de lo contrario *SEMANAS DESPUÉS Mientras el embarazo seguía su curso y comenzaba a notarse, Jesús estaba más que feliz por presenciar las ecografías y ver
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