Amaranta fue a su nueva habitación, sentía doler su corazón, las lágrimas rodaban sin parar.— Mi niña bonita, no te pongas así, eso le hará daño a tu bebé.- Carmela trato de consolarla, acariciando sus cabellos, mientras Amaranta estaba acostada en su cama.— ¿Que sucedió Carmela? No comprendo, dijo que iría por dos días, se quedó una semana y volvió con una mujer, su amor. Ese es su gran amor, y me lo viene a restregar en la cara humillando frente a ella.— Mi niña, yo sé que todo este mal entendido se va a aclarar muy pronto, tienes que tratar de hablar con él, y explicarle el por qué saliste con Mario Luis y pasaste la tarde fuera con el.— Carmela, Cómo sabe el que yo pasé la tarde fuera con Mario Luis. ¿quién se lo dijo?— No lo sé mi niña, pero esa es la razón, él está celoso de Mario Luis.— ¿Celos? ¿Se siente celoso y trae a una mujer a la casa? No Carmela, eso no lo justifica, y por favor no le digas nada de mi embarazo.— Pero niña. — Exclamó una afligida Carmela.— Per
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