Salvatore llegó a la playa, caminó por largo rato metido en miles de pensamientos sentado frente al inmenso mar, sintió una mano en su hombro.— ¿Que haces aquí Alice? Quiero estar solo.— Sali, no me gusta verte así, ese no eres tú, la vas a encontrar ya verás que sí, vamos a casa descansar un poco, te hará bien, y ya después tendrás energías para buscarla.Salvatore sin pronunciar palabras subió al siguió de Alice y fueron a la villa.Kiara y Donatello estaban muy ansiosos por saber si habían noticias, los detectives privados no encontraron nada, ni un solo rastro de nada y las cámaras de seguridad no reflejaban nada extraño.Vieron llegar a Salvatore junto a Alice, y Kiara fue a recibirlo.Salvatore pasó sin mirar a nadie y fue directo a la habitación de Amaranta, miró cada cosa suya, acarició la cama, donde se imaginó, que lloro muchas veces, su corazón estaba dolido. Se acostó en ella cerró los ojos y los recuerdos llegaron a él.— Ya no quiero resistirme más - Susurró entre su
Salvatore salió de su ensoñación, y recuerdos, ya muy entrada la noche se dispuso a irse a la villa, tendría que viajar a Roma para saber si Amaranta regresó con su familia, pues tenía que enmendar su gran error.Montó el caballo, y se marchó.Llegó, dejó el caballo y se dispuso a ir a su habitación, la voz de Alice le llamó la atención, caminó y era en la habitación de su madre, tenía una discusión con Alice, se quedó de piedra al escuchar el chantaje que esta de hacia a su madre." Alice chantajeando a mi madre" ¿Que hiciste madre?Abrió la puerta y se enfocó en la expresión de pánico que Kiara tenía al verlo.Ahora estaba ahí parado frente a sus padres exigiendo esa verdad de la que hablaba Alice.Donatello miró a su hijo, nunca tuvo una buena relación con el, pues creyó siempre que su padre no lo quiso, ahora estaba ahí escuchando esa dolorosa verdad de el por qué, lo rechazó al momento en que Kiara le dijo de su existencia, miró a su madre y esta bajó la mirada frente a él.Sentí
Salvatore tuvo el más tormentoso de los sueños, era un caos cada noche que soñaba, su frente estaba perlada por el sudor, todo su cuerpo lo estaba, completa mente empapado." Amaranta corría por la playa, y el tras de ella, su risa hacía eco en la lejanía del mar silencioso.— Alcanzame si puedes Tritón, corre más rápido. Jajaja.— Espérame, Amaranta.— No Tritón, Amaranta no existe ella murió, tu la mataste. ¿Recuerdas? Por tu culpa se lanzó al río.— No AmiCris, no sirena y tú son la misma tu estás viva. ¿Donde estás? No puedo verte.De pronto la neblina se hizo más espesa, no podía ver nada solo escuchaba la voz lejana de Amaranta.— ¡Amaranta! — Dio un grito pronunciando su nombre, se levantó de la cama, fue al baño se miró al espejo, su barba de tres días, que era como la usaba estaba más pronunciada, se metió a la ducha y bajo la lluvia artificial cerró los ojos, recordó cuando compartieron el camarote en el yate.Su vida se tornaba en torno a Is recuerdos vividos y eso le ag
Los meses pasaron, tres meses, para ser exacto, Salvatore empezó a trabajar en las empresas con la ayuda de Thiago y Julianne, compartían como la familia que siempre se consideraron.Salvatore contó parte de su desdichado matrimonio con su sirena, a sus amigos, y todo el tiempo que se dedicó a buscarla, hasta que de pronto el timbre de su celular lo sacó de sus cavilaciones.— Dime Yerad. ¿Me tienes noticias?— La encontré señor, está en Turquía.— ¿En Turquía? Salgo enseguida. ¡Julianne! prepárame un viaje a Turquía lo más pronto posible. El corazón de Salvatore quería salirse por la boca, la había encontrado.— ¿Pasó algo grave? Enseguida lo preparo.— Nada grave, solo que encontré a mi Sirena, esta vez será diferente Julianne, la voy a reconquistar.— Espero que ahora sí hagas las cosas bien.Julianne preparó todo para el viaje mientras Salvatore dejaba todo en manos de gerente general, su amigo Thiago.Dos horas después se despidió de sus amigos y estaba subiendo al jets pr
El auto que llevó a la novia llegó a la iglesia, la gran alfombra roja llena de pétalos, esperaba ser paseada por la novia.Salvatore llegó cerca de la iglesia salió corriendo para alcanzarla y nuevamente fue detenido por los guardaespaldas impenetrables.— ¡Suelten me! Amaranta, tú no puedes casarte eres mi mujer, mi esposa, mi amor escúchame. — Trató de soltarse del agarre de los custodios, pero le fue imposible.Ella dio una mirada sin emoción y expresión, pero si una sonrisa de satisfacción, lo estaba haciendo sufrir más de lo que hubiera deseado, una enorme sonrisa dibujó en sus labios que ese gesto termino de romper el corazón de Salvatore en mil pedazos.— Amaranta, amor perdoname, recapacita, no lo hagas por favor, no lo hagas, escúchame. — Los guardaespaldas cubrieron su boca, derrotado y sin poder hacer nada vio como a paso lento caminó hasta llegar a el novio que la esperaba. Ella tomó su brazo y se perdieron el el interior de la iglesia.Los guardaespaldas lo obligaro
Cuatro años atrás.Adhara Raphaella estaba en Turquía, con un magnate de la industria de las piedras preciosas. Su celular sonó y la pantalla reflejaba un número internacional y desconocido, desvió la llamada, pero volvieron a insistir.De tanto insistir ese desconocido contestó.—Si, ¿Con quién tengo en gusto?— Disculpe la insistencia Adhara, soy Mario Luis, amigo de Amaranta, ella me dio este número por si llegara a necesitar algo, y ahora es cuando.—¿Que deseas? ¿ En que puedo ayudarte? — La ayuda no es para mí, es para Amaranta.—¿Que le sucedió a AmiCris? Dime.— AmiCris está en una situación extrema, no tengo tiempo solo deben venir por ella, está en el hospital, intentó quitarse la vida sin importar su estado.— ¿Su estado? ¿De que hablas?— Luego serán los detalles explicados de lo que pasó, por favor ven lo más pronto.Adhara colgó la llamada, caminó de un lado a otro con mucha preocupación, salió de la habitación y fue a la oficina de Emir.— Donde la llevo señorita? — P
Un año pasó, Amaranta compartía con sus nuevos amigos, Ágata, Stella y Eve, fundó un hospital donde era directora general, junto a Xabier.Sus días libres eran de pasear por los campos floridos de algodón y diente de león.Sun-Hee cuidaba de los pequeños mientras ellos trabajan. Su teléfono sonó, y como siempre eran sus padres por vídeo llamadas.—¿Hija cómo estás pasando? Ya quiero ver a mis nietos, está semana iremos tu madre y yo. — Amaranta llamó a sus pequeños.—Estan hermosos, pronto estaremos ahí con ustedes.—Los estaremos esperando madre padre, los amo.—Y nosotros a ustedes mi niña.Así transcurría el tiempo, entre trabajo y ser mamá, se olvidó de sentir como una mujer, el recuerdo de Salvatore seguía tan latente en su día a día. ¿Como olvidarlo? Si tenía dos versiones de él en miniatura.Los miró dormir en sus cunas, acarició sus negros cabellos, y sonrió.— Son mi vida, los amo mis bebés.Xavier entró a la habitación sin ser escuchado, caminó hasta llegar a la cuna.—¿E
Salvatore los vio alejarse, decidió seguirlo a distancia sin que lo vieran.Llegaron a la hermosa casa de campo donde vivian, los vio bajar, y el regreso al hotel.Subió a su habitación, sirvió un vaso con whisky y lo bebió.Los días pasaron Salvatore se dedicó a mirarla a lo lejos sabía su hora de salida del trabajo, el horario de los niños, hasta que decidió Acercarse a ella, a la hora de salida del hospital.Amaranta caminaba por los pasillos del hospital, y de pronto escuchó esa inconfundible voz.— ¡Adhara! — Llamó Salvatore.Amaranta se quedó estática por un momento y se giró quedando frente a él.— ¡Salvatore! ¿Que haces aquí? ¿Te sientes mal ?— Vine para invitarte un café.— No puedo, tengo que regresar pronto a casa.— Por favor, solo un momento, no te quitaré mucho tiempo.Amaranta miró a todos lados, su cuerpo temblaba, su corazón estaba muy agitado, tener a Salvatore tan cerca causaba un caos de emociones, y más cuando creyó que jamás volvería a estar frente a él.— Está