51. Volverás a ser mía
Con determinación, se irguio para enfrentarlo, no bajaría la mirada ante nadie a partir de ese momento. Ya no era una simple ama de casa, esposa abnegada y sumisa... La ciudad tenía una nueva diosa de los negocios.Ella alzó una ceja, negando con la cabeza mientras señalaba el lugar con un dedo.—Por si no te has dado cuenta, estaré muy ocupada hablando con los empresarios más importantes de la ciudad. Mi tiempo ahora vale muchísimo, es color verde. ¿Por qué no agendas una cita con mi asistente? —dijo con voz burlona, apartándose del grupo con una mirada de disculpa. Todos parecían incómodos por la presencia de Dominik—. Lo siento, tendré que hablar luego con ustedes, si me permiten.Se dio la vuelta para alejarse de él, pero no se dió por vencido y la alcanzó con facilidad tomándola del brazo.—Te suplico que me perdones, Annabeth. Así no es como quiero que sean las cosas. Quiero que vuelvas a mi lado, hay tantas cosas que quiero decirte... —susurró, con desesperación—. Ahora sé lo e
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