Aurora miró a su hermana con expectación.Esperaba que le contara cómo había ido la cita, pero Delilah parecía no escuchar sus preguntas y solo se quedaba mirando a la nada.—Nana, te estoy hablando, ¿cómo fue anoche? —Aurora le dio con el dedo índice en la frente para despertarla y por fin su hermana la miró.—Sí, sí, dormí bien. Solo que últimamente se me hinchan mucho los ojos, me estaré convirtiendo en sapo.En ese momento confirmó que su hermana estaba como mínimo en otra galaxia y no estaba escuchando sus preguntas.—Se te estará contagiando la enfermedad llamada Maximiliano porque el sapo es tu esposo. Deberías divorciarte cuanto antes o acabarás siendo igual de repulsiva que él. —Su hermana asintió con la cabeza.No le gustaba nada verla así.—Sí, está bueno el desayuno, deberías comer más. Yo no tengo mucha hambre, creo que cené demasiado anoche y me siento llena —continuó Delilah contestando a preguntas que nadie le había hecho.Aurora quería meterse en su mente y averiguar
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