Cuando Alba abrió los ojos, miró alrededor y Evan no estaba, se enderezó y vio en la mesita de noche. Ahí estaba esa nota, se quedó perpleja —Quizás se fue a trabajar, y no quiso despertarme —dijo, pero incluso su voz le pareció falsa, había un temor en su interior, como un mal presentimiento. Tomó la nota y decidió leerla. «Alba: Ayer fue un error, no debí hacerte el amor por pasión, no suelo estar con una mujer solo por lujuria, quizás te deseo más de lo que nunca pensé, sí, aún te amo, pero, me amo más a mí mismo, no puedo seguir contigo, para mí, esto ha terminado, no mereces mi amor, ni mi perdón. Tampoco te dejaré a la deriva, he dejado claras instrucciones para Raúl, él te dará a firmar el divorcio, además te dará una buena compensación y una casa, donde puedas vivir, puedes elegir vivir en Santa Rosa o irte a vivir a Catalia. Yo me voy por un tiempo, un mes o dos, volveré, para ese entones, ya no estarás aquí. Me hubiese gustado decir todo esto en persona, pero, no teng
Leer más