30. FRUSTRADA
Aren, la mira sin entender qué le sucede, y mostrando cierta resistencia a ceder en sus costumbres, como si fuera un niño pequeño. Gil recuerda lo que le pidiera Oto, por eso suaviza su manera de hablar y se decide a enseñarlo.—Cárgame, pero no así, por favor —sonríe al ver cómo la mira intrigado, y se le olvida la molestia al ver la inocencia en sus ojos. — Ven aquí, coloca tu mano derecha en mis piernas, y la izquierda en mi espalda y cárgame, yo me sujetaré de tu cuello.—¿Así mi Luna? Pregunta sonriente y feliz Aren, de poder cargar de nuevo a su Luna. También le gusta más esta manera, porque puede ver el rostro de su Luna. Que en ese momento está muy ruborizada por estar en sus brazos y con él mirándola embobado—Sí, ¿ves que es más hermoso? Te ganaste un beso —y lo besa en la mejilla, notando como Aren se sonroja, al igual que ella —es…, es más bonito. Bájame ahora. Aren no quiere hacerlo y como ella lo besó hace lo mismo, dándole un cariñoso beso en la mejilla como hiciera
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