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Todos los capítulos de La debilidad de Santori: Capítulo 61 - Capítulo 70
154 chapters
61. Una historia
SOFÍAElla tiene todo lo que yo siempre debí tener.10 años atrás.Convencí a mi nueva compañera de cuarto para ir a una fiesta de inicio de la primavera, tenía poco tiempo conociendo a la chica, pero coincidimos en varias materias, es normalita y muy simple, pero me hacía ver aún más bonita de lo que ya soy y por eso disfrutaba salir con ella.—Cariño, ya vengo — le grité al muermo de Martha para tomar distancia de ella en la fiesta sin esperar respuesta.No bailaba, no bebía, era demasiado… aburrida para mi gusto.Estoy bebiendo mi quinto shot y me percato de la presencia de alguien muy cerca de mi espacio personal, veo mi rostro y veo a un sexy hombre con una sonrisa canalla—Hola, ¿quieres bailar? —pregunta como forma de abordarme. Era lindo le concedía eso y según una amiga de llama Miguel Hidalgo, mordí mi labio inferior de manera coqueta y pensativa.Detrás de él, en el otro extremo del salí estaba el mismísimo Tom Murray como haciéndome ojitos, ese hombre me ponía como una mot
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62. Una historia II
SOFÍA5 AÑOS ANTESHan pasado 5 años desde esa vez que Miguel le fue infiel voluntariamente a Martha, nunca le revele que esa noche anterior nunca me tocó, pero al día siguiente lo hizo. Le fue infiel con mi cuerpo durante toda la mañana luego de fingir que dormíamos media hora sus caricias comenzaron de manera efímera tentando a diablo, luego me fui a mi cuarto como si nada y Martha seguía estudiando, pero después no quiso tocarme más, me evitaba y eso me gustaba, era como el juego del gato y el ratón y lo dejé por un tiempo. Mientras me divertía con otros hombres, no tenía problemas con eso.Cuando ellos se casaron me emborrache y casi hago el oso de mi vida, uno de sus amigos lo evitó sacándome del lugar, al parecer se notaba lo que me afectaba, menos Martha, siempre tuvo una venda en los ojos.Llegue a tener un sugar que me pagaba todo aun así yo quería estar cada vez más y más con Miguel. Era una enfermiza obsesión que tenía con la vida que ellos llevaban. Esa debió ser mi vida,
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63. Hospital III
SOFÍA5 AÑOS ANTESHOSPITAL parte IIEstar aquí fue un error y me di cuanta cuando iba llegando a la habitación de ella y Martha le explicaba a Miguel por que se sentía tan mal y casi me caigo de culo.—¡Estoy embarazada! — anunció con alegría, la vi con lágrimas en los ojos.—¿Qué? Pero Martha nos cuidamos siempre — replicó Miguel anonadado— es imposible.—Recuerdas esa vez en la tina —le explica ella sin perder la sonrisa por la incredulidad que él tuvo.—Yo... Mierda ¿embarazada? ¿un bebé? —la verdad se veía algo pálido — ¿voy a ser papá? — estaba incrédulo, igual que yo.—¡Vas a ser papá! —ella estaba lagrimeando y yo no sabía cómo sentirme con esto.Ella entonces levantó la mirada y por encima del hombro de Miguel viéndome con ojos llorosos de alegría.—Entra Sofía, tenemos buenas noticias — hizo un gesto con la mano para que pasará.—¡Oh, ya las escuché, querida! Mis felicitaciones a ambos —entre taconeando el suelo de cerámica blanca del hospital que hacía eco.—¿Estás llorando
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64. Vacía
MarthaMe sentía inexplicablemente vacía, como si tuviera un hoyo negro en medio de mi pecho que no puede llenarse con nada ¿era eso científicamente probable?Estoy pensando todo lo que me ha tocado vivir, me siento completamente hueca, tratando de aferrarme a un recuerdo o a algún momento para no sentir que me falta lo más importante de mi vida ¿será eso realmente posible?La comida no me sabía a nada, todo se veía más apagado, no escuchaba lo que me decía las mujeres a mi alrededor y a veces me sentía paranoica como vigilada por los nuevos hombres que llegaron como nuevos guardias, pero sacudía la cabeza…, era tonto, ellos no me conocen, así que lo pase por alto. Ellos están aquí para vigilar a todas las reclusas y eso me incluía así yo no fuera nadie.—Esto debe terminar — escuché decir a Isolda, sin embargo, determinada a ignorarla, poco tiempo después se fue molesta.La escuché pisotear mientras se iba de la celda, parecía un muerto viviente, como uno de esos zombis lentos y sin
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65. Mis instintos
GIORegresé hace unos días de Italia cuando dejé todo listo y tranquilo en mi tierra natal, me traje a las familias que querían estar cerca de mis empleados, tengo varios inmuebles comprados y la mejor manera es meterlos a todos en un edificio pequeño de cuatro pisos, tiene tres apartamentos por piso y será más que suficiente para ellos.—Aquí pueden estar tranquilos, tendrán guardias y los días libres vendrán sus familiares, por ahora están trabajando, les llené el refrigerador y la alacena está llena, no les falta nada, la Nonna de encargo de eso —les dije a todos mientras les mostraban sus departamentos.—Muchas gracias, mi señor es usted muy bondadoso con nosotros. Con rescatarlos bastaba— asegura el hombre.—No, quiero que mis empleados trabajen mejor y más tranquilos, esto no es nada. El edificio estaba desocupado— me encogí de hombros.Besaron mis manos y me mandaron comida para una semana a la casa, estaban muy agradecidos a pesar de que sabían que estábamos en guerra y sus fa
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66. Recuerdo lejano
MIGUEL 6 meses atrás Estoy en mi trabajo como todos los días, aburrido… me di cuenta desde el inicio que esta empresa es una tapadera para lavado de dinero y distribuidor exclusivo de drogas, hablé con mi jefe que quería un aumento y así lo hizo asustado de que pudiera demandarlo, todo iba bien, sin embargo quise más, era el encargado de hacer los traspasos de cheques gordos, pagar alquiler y muchas otras cosas más sin importancia, por lo que mover cien millones de dólares a una cuenta en una isla privada no es algo extraño, lo extraño es cuando noten que no eran a las cuentas comunes del señor Santori, sino una privada donde no pueden recuperar el monto a menos de que yo haga la transferencia. Decidí arriesgarme, en todos estos años que tengo trabajando aquí no he conocido nunca al señor Santori, cuando se dé cuenta estaré muy lejos y supuestamente muerto así que todo saldrá bien. —Todo está listo, nena— llegué a la casa de mi amante muriendo de ganas de contarle. —¿Estás seguro
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67. ¡No me hagas esto!
MARTHAIsolda tenía razón, enfocarse en algo en específico me hizo drenar un poco la rabia que tenía acumulada en mi interior, de Gio no sabía absolutamente nada, era como si hubiera desaparecido, como si nunca existió en mi vida, como un fantasma, un sueño que tuve o un ente imaginario que mi mente creo para poder lidiar con todo esto que me acontecía.Tal vez era así, quien sabe.Comencé a estudiar, dos veces a la semana veía clases de arte y la verdad me gustaban mucho, mi profesor me decía que tenía talento innato y eso me animaba a seguir, iba casi todos los días a terapia, ella logró que me abriera y que pudiera empezar a canalizar la pérdida de mi hijo, pero mi rabia no se iba del todo, mi rabia estaba latente, sin embargo, estaba dormida con pulso bajo y tranquilo casi como si estuviera esperando algo... ¿qué? No sé y así se lo hacía saber a mi doctora, ella insistía en que era normal, que lo que he sufrido es muy fuerte para definir en dos meses y sobre todo muy poco tiempo p
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68. ¿Qué planeas?
GIOLa mujer se acerca deliberadamente a mi persona y sonreí para esperarla, en cuanto llegó la saludé como es debido.—Reina, es una placer verte —salude a la mujer que me veía de manera enigmática inclinando mi torso en señal de respeto, a ella había que temerle, parece una muñeca, pero la realidad es otra. Es tan letal como un escorpión.Su guardián me veía como un halcón esperando cualquier movimiento para acabar conmigo si la vida de su reina estaba en peligro. No era tan idiota como otros. A la reina no le importaba deshacerse de sus enemigos en públicos, nadie la acusaría.—El placer es todo mío, Georgino Santori — dijo mi nombre en una melodía digna de una sirena— me encanta verte aquí rodeado de dignatarios tan respetados— capté su tono burlón.Y es que así era Frejya una puta sirena capaz de llevarte a aguas profundas para matarte... Si lo desea.—Linda gala — alaba la mujer viendo su entorno con apreciación.—No me harían una fiesta si supieran cuáles son mis intenciones —e
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69. Fideicomiso
GIOFilippo se puso enseguida a buscar a los culpables y me quemaba no decirle la verdad a mi hermano, pero no sabía si aún teníamos espías, no porque crea que es él, el infiltrado.—He estado hablando con algunas de las presas, pero simplemente no consigo quien las mató, como si esas mujeres nunca hubieran entrado al recinto— se queja.—¿Cómo es eso? —arrugue el ceño fingiendo estar confundido —. No entiendo.—Si alguien las mató dentro del recinto ¿dónde están? Pero nadie tenía problemas con ellas luego de que la tal Sam apareciera en su celda ahorcada— me dice sus elucubraciones.—La mujer de la que te ibas a encargar...—Y de la que no pude hacer nada, porque cuando llegó Sandra hacer el trabajo la mujer ya estaba muerta en su celda, con una sabana alrededor de su cuello.—No me habías dicho eso — lo mire incrédulo.—¿Para qué decirte? Lo que querías ya estaba hecho por tu mano o la suya propia ya eso no importa—Tienes razón, aunque es raro— le dije meditando el asunto.—¿Va a re
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70. Tiene carácter
Martha—Es que no piensan decirme donde estamos o a donde vamos— me queje con Isolda, era la única que me hablaba, los demás me ignoraban.—No me gusta la charla trivial — respondió la reina y entendía que era una manera de decirme que cerrará el pico.Mi mente estaba revoltosa, bajar del avión en un campo abierto no me decía nada, mi única tranquilidad era tener a Isolda a mi lado, aun así, su parsimonia me molestaba en cantidades industriales.—Quédate quieta — me susurro Isolda mientras caminábamos a Dios sabe dónde — La reina fue contratada para sacarte de la cárcel si hubiera sido para matarte ya estarías muerta.—Pero... No entiendo muchas cosas y quiero respuestas, ahora toda la policía de Washington debe estar a buscándome por haberme escapado— un temblor de miedo recorrió mi cuerpo.—No creo que estemos en Estados Unidos, volamos por más de 5 horas estuviste inconsciente casi todo el viaje.—¡Ay, Dios! Mi hijo Isolda, debo buscar a mi hijo, no puedo estar fuera del país, debo
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