67. ¡No me hagas esto!
MARTHAIsolda tenía razón, enfocarse en algo en específico me hizo drenar un poco la rabia que tenía acumulada en mi interior, de Gio no sabía absolutamente nada, era como si hubiera desaparecido, como si nunca existió en mi vida, como un fantasma, un sueño que tuve o un ente imaginario que mi mente creo para poder lidiar con todo esto que me acontecía.Tal vez era así, quien sabe.Comencé a estudiar, dos veces a la semana veía clases de arte y la verdad me gustaban mucho, mi profesor me decía que tenía talento innato y eso me animaba a seguir, iba casi todos los días a terapia, ella logró que me abriera y que pudiera empezar a canalizar la pérdida de mi hijo, pero mi rabia no se iba del todo, mi rabia estaba latente, sin embargo, estaba dormida con pulso bajo y tranquilo casi como si estuviera esperando algo... ¿qué? No sé y así se lo hacía saber a mi doctora, ella insistía en que era normal, que lo que he sufrido es muy fuerte para definir en dos meses y sobre todo muy poco tiempo p
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