Las tenues luces del amanecer y el trinar de los pájaros cantando eran las señales evidentes de que el día que tanto temía había llegado. Se levantó con pesadez, realmente no había podido dormir nada y se sentía perdida ahora que Karen sabía toda la verdad, nunca pensó que las cosas escalaran hasta ese punto, pero así había ocurrido. Con cierta premura, Ava se levantó no queriendo que esa fuera su realidad, intentó asimilarlo en la ducha, pero le fue imposible. A penas había tocado su comida del desayuno y doña Rosaura no cabía en su angustia, pero por primera vez deseaba dejar ser a su hija, así que no le preguntó nada a pesar de que la vio salir con una mochila en lugar de su bolso caro, solo le dio su bendición y así se despidieron mientras ella desaparecía en aquella limusina. Ava suspiró todo el camino, se sentía vigilada a cada segundo, con cada movimiento, ella estaba casi segura que Karen veía cada uno de sus pasos hasta en su celular. Era evidente que sabía manejar tecnologí
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