Henry observaba el paisaje a través de la ventana de su oficina,sin pensar en nada,no quería hacerlo,oía las voces de sus subordinados a lo lejos,algunos gritos y risas se escuchaban de vez en cuando. La imagen de su esposa se hacía presente en su mente en algunos momentos,los ojos negros llenos de lágrimas,suplicantes,pidiendo por su ayuda y él simplemente no podía creen en ella,no quería confiar en alguien como ella. Tocaron a su puerta. —Señor Harper—la voz suave de su secretaria se oyó.—Ya van a ser las seis, ¿necesita algo antes de irme?—el hombre se volvió a verla. —¿Ya?—observó el reloj de pared detrás de la mujer.—Está bien Martina,puedes volver—La mujer le sonrió y cerró la puerta a sus espaldas. Henry dejó ir un suspiro y tomó su abrigo de la silla giratoria detrás de su escritorio,se colocó el saco,era hora de ir a ver a su esposa. Camino por los pasillo de la empresa saludando a algunos empleados que se encontraban con él en el cam
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