Capítulo veinte: Anciano prematuro “Narra Sofia Galanis” Era la primera vez que trabajaba en un oficina tan grandes y sobre todo como secretaria. Maritza, su secretaria ejecutiva principal, tenía su propia oficina, mientras que yo estaba atascada con el frío malhumorado jefe las ocho horas laborales. Cualquiera estaría maravillada o deslumbrada, sin embargo, a mí aquella enorme y lujosa oficina no me gustaba nada. Porque, por muy grande que fuera el espacio entre los dos, seguíamos estando solos, encerrados, escuchando la respiración del otro, siendo consciente de cada uno de sus movimientos. Eso sin hablar de la tensión que se podía sentir en el ambiente, tenía la impresión de que podría cortar la tensión incluso con el filo de mis uñas ahora destrozadas de comérmelas. Lo bueno fue que a pesar de mi nuevo estatus, mi marido fue el primero en no darme un trato especial alguno. Maritza me entregó un montón de papeles para que los ordenara por fecha y estadísticas para después transcr
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