Alan.La siguiente vez que desperté vi borroso a mi al rededor.-Ya se ha despertado, Alfa.-Muy bien. Acerquen una silla, tenemos algunas cosas de qué hablar.Escuché un montón de risas a mi al rededor y luego sentí que me dejaban caer agua helada encima.-Bienvenido de nuevo al mundo de los vivos, Alan. - Dijo el tipo mirándome aburrido desde una silla. Yo estaba en el piso y, por lo que podía sentir, atado de pies y manos con una cuerda.Casi sonreí. No por las estúpideces que estaba diciendo el loco, sino porque el Alfa hacía esto conmigo de vez en cuando y yo había aprendido desde pequeño a escapar de estas tonterías restrictivas.Antes que nada miré a mi alrededor.Estábamos en una cueva o algún tipo de calabozo en el que solamente la luz de unas diez antorchas alumbraba el lugar. Vi a los lobos de Bastian especidos por el lugar y en diferentes posiciones encadenados y con mordazas. No parecían heridos.Por supuesto que no; en cuanto Rose y Bastian sintieran a éstos muertos, vend
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