BeatrizMe despierto aún mareada, mis piernas duelen ligeramente, pero es un dolor soportable, paso una mano por mis ojos para intentar calmar el mareo, pero no soy capaz de hacerlo. Miro alrededor de la elegante habitación donde me encuentro. Mis ojos se encuentran entonces con la silueta de alguien en un sofá.Me incorporo ligeramente en la cama y puedo ver con más claridad a la que ahora reconozco como mi cuñada, la chica en el sofá se pone en pie, lleva la misma ropa de la noche anterior, pero su rostro está cansado. Ella mira en mi dirección antes de ponerse en pie de un salto.—Oh cariño, estás despierta — Lucía corre hasta mí — estábamos tan preocupados, pero Luc dijo que era normal que durmieras — su voz es apresurada — quieres que traiga a los bebés, están hermosos, son un amor de niños.—¿Puedo verlos?—¡Oh, por supuesto que puedes — Lucia sonríe — de hecho, la enfermera dijo que debería despertarte en un rato para que les dieras de comer por primera vez!Mi corazón se vuelv
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