Beatriz Después de hablar con los chicos de la tienda y calcular cuantas cosas debo reponer, me permito sentarme en una de las mesas vacías de la tienda con mis pies doliendo como el infierno. Paso una mano distraídamente por mi vientre mientras una de las chicas, limpia las mesas a unos pasos de mí. —¿Quiere que traiga algo jefa? —No, no te preocupes — respondo — solo estoy descansando un poco. Coloco mi mano sobre la mesa antes de mirar por la ventana hacia la concurrida calle más allá del cristal. Mi mente vuelve a pensar en la propuesta de Lucas, mi corazón se mueve de forma extraña mientras intento no sonrojarme, sin embargo, dudo que lo consiga. Me digo que realmente no tengo mucho que perder en esta situación, que lo más probable es que no reciba una propuesta tan buena de alguien más, pero sigo pensando que el matrimonio es algo más que un simple negocio. ¿Qué debería hacer? No quiero que mis hijos realmente vivan sin un padre, siempre pensé que tendría una buena familia,
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