LucasDespués de darle de desayunar a Beatriz, de verla sentirse extraña ante la propuesta que debo admitir, también me sorprendió a mí reviso mis correos electrónicos desde el móvil. La verdad es que lo apagué el día de ayer porque no quería que nadie nos molestara.Trato de no pensar en las marcas que vi en su brazo, me digo que Beatriz está bien y que justo como ella dijo no fue intencional, pero me sigo sintiendo mal por ello. Suspiro inclinándome hacia atrás sobre mi asiento en el despacho donde no solo estuvo mi padre sino también mi abuelo alguna vez.Ignoro el retrato familiar que aún sigue sobre la mesa, el rostro de mi tío abuelo sigue aún en esa foto con esa mirada que hasta ahora me hace sentir escalofríos. Cierro los ojos durante un minuto, pienso en lo que realmente importa ahora que es el hecho de que le propuse matrimonio a una chica.Sonrío pensando en lo absurdo que es, nunca pensé que me casaría, estaba seguro de que no dejaría a nadie acercarse lo suficiente, pero
Beatriz Después de hablar con los chicos de la tienda y calcular cuantas cosas debo reponer, me permito sentarme en una de las mesas vacías de la tienda con mis pies doliendo como el infierno. Paso una mano distraídamente por mi vientre mientras una de las chicas, limpia las mesas a unos pasos de mí. —¿Quiere que traiga algo jefa? —No, no te preocupes — respondo — solo estoy descansando un poco. Coloco mi mano sobre la mesa antes de mirar por la ventana hacia la concurrida calle más allá del cristal. Mi mente vuelve a pensar en la propuesta de Lucas, mi corazón se mueve de forma extraña mientras intento no sonrojarme, sin embargo, dudo que lo consiga. Me digo que realmente no tengo mucho que perder en esta situación, que lo más probable es que no reciba una propuesta tan buena de alguien más, pero sigo pensando que el matrimonio es algo más que un simple negocio. ¿Qué debería hacer? No quiero que mis hijos realmente vivan sin un padre, siempre pensé que tendría una buena familia,
LucaDespués de lo que son unas extenuantes horas de trabajo, decido regresar a casa, conduzco en silencio pasando por una tienda para comprar algunas cosas para la casa. He pensado todo el día en lo que hablé con mi tío y definitivamente lo único que necesito es olvidarme de todo lo que tenga que ver con él.Llego a casa antes de lo que esperaba, me doy cuenta de que Beatriz aún no está en casa porque el silencio rodante en mi departamento es completamente extraño, ahora que me he acostumbrado a encontrar a Beatriz o tenerla alrededor de las dos.Dejo mis bolsas en la cocina mientras mi gato maúlla a mi alrededor, desato los botones de las mangas de mi camisa para arremangarla y coloco un poco de comida para gatos en el plato de Rick. Guardo las cosas que compré dentro de la nevera. Trato de llamar a Beatriz, pero no contesta el móvil, así que, aunque realmente estoy preocupado, me encargo de comenzar a preparar la cena diciéndome que probablemente tuvo que quedarse en el trabajo por
Beatriz—De verdad que estoy muy agradecido contigo — el hombre que friega los platos a mi lado me observa con sinceridad — mi hermana está lejos de su montaña por primera vez en años sin quejas o malas caras — niega — no sé cómo lo haces, pero me hace muy feliz, ella ha sufrido demasiado.—Tu hermana es encantador Lucas — admito — además, realmente creo que no quería volver a su casa hoy, no sé por qué, pero así es.—No lo creo — responde él — pero si tú lo dices estoy bien con eso — me sonríe — mañana tendremos una consulta, no lo olvides, ya es tiempo de ver que tal van los bebés.Su mirada se mueve a mi vientre, pero cuando alza sus ojos hay más deseo en ellos que alguna otra emoción, trago grueso antes mirar hacia otro lugar que no sea su rostro porque el calor en mi rostro me dice que claramente estoy sonrojada.—Tenía planeado hacerte el amor hoy — admite después de limpiar el último plato — pero con Lulu aquí no creo poder hacerlo.—Oh…Abro mis ojos ante la forma desanimada e
Lucas—No puedo creer que mi hermanito se esté por casar — mi hermana sonríe desde la parte trasera del auto mientras la mujer a mi lado se pone un poco más roja — ¡No puedo creer que seré tu testigo sin decirle a mamá y papá!—Silencio Lucía o te dejo en la acera más próxima.—No me harías eso — se reclina en el asiento trasero — eres más dulce que un pan, así que no me amenaces hermanito.Quisiera decir que no, pero debo admitir que no dejaría a Lucía en medio de la carretera. Paso una mano por mi rostro antes de mirarla desde el retrovisor genuinamente curioso.—Porque no me dices que te mantiene lejos de tu perro y tu casa de ensueño Lulú.—Tenía que comprar suministros especiales, no hay nada ahí.—No me mientas Lucia.—No me preguntes cosas Lucas, que no quiero responder.—Como quieras.Muevo mis ojos hasta Beatriz, ella juguetea nerviosamente con sus manos mientras ese delicado vestido blanco premamá que lleva solo la hace ver más bonita a mis ojos. Muevo mi mano hasta ellas. A
Beatriz No sé cómo debo sentirme y si realmente acabo de hacer lo correcto, miro la mano que sujeta la mía notando la alianza en su dedo idéntica a la que llevo. La mujer que ahora es mi suegra sigue haciendo un puchero de disgusto mientras el padre de Lucas la abraza intentando de algún modo reconfortarla. Me pregunto si Lucas hará eso por mí en el futuro, admito que me encantaría que eso pasara, pero también me recuerdo que es demasiado pronto para pensar en esas cosas. Nos acabamos de casar solo porque sería lo mejor, porque nos sentimos bien juntos y aunque admito que tenerlo en mi vida con tan largo período de tiempo es un alivio que trae felicidad, sigo sintiendo que un matrimonio es algo más. ¡Dios apenas hace un mes que nos conocemos realmente! —No puedo creer que no nos dijeras qué te casaste Lucas. —Madre fue algo imprevisto, solo lo decidimos y… —¿Y no pensaste en tu madre? La voz de mi ahora suegro es un poco herida, Lucas suspira antes de responderle una vez más con
LucasTres meses después—¿Y bien, como vamos con las pesadillas Lucas?La doctora sentada frente a mí anota algo en su cuaderno mientras dice esas palabras, me reclino tranquilamente en su cómodo sofá antes de responderle con genuina felicidad.—Están bastante ausentes desde hace un mes — admito — creo que todo esto sí está ayudando.—Cuando dejes de llamar a la terapia todo esto, seguro que desaparecen por completo.Responde la doctora, la sonrisa sarcástica en su rostro es un claro significado de que mi comentario no le agrada, pero que puedo decir. Aunque por primera vez en años veo alguna mejoría gracias a un terapeuta, no puedo dejar de pensar que esta hora y media de consulta es perder de algún modo mi tiempo.—Antes de que pregunte, sí, he dejado de darle vueltas al tema de mi tío abuelo.—Oh estupendo — responde — porque eso forma parte importante de tu trauma y saber que tus padres están apoyándolo de algún modo puede ser difícil de aceptar.—Debe estar por morir y las cosas
Beatriz—¿Qué tal si ponemos servicio a domicilio?La voz de mi jefe es sin duda emocionada, pienso detenidamente en sus palabras mientras él cuenta el dinero del mes sentado frente a mí en la pequeña oficina al fondo de la repostería que no me gusta usar porque es demasiado agobiante.—Supongo que podríamos intentarlo.—Eso sería excelente, entonces — responde extendiendo uno de los fajos de billetes sobre la mesa hasta mí — esto es la inversión del mes — extiende dos fajos más — y esto el salario de los trabajadores , !Oh! y esto — señala el último de los mazos sobre la mesa — es para que consigas un auto para las entregas.—¿Debo encargarme de eso también?—Por supuesto eres la jefa, tu dinero lo envío a tu cuenta en la noche — me sonríe — como vamos con esos bebés.—La verdad están más inquietos de lo habitual — admito tocando mi vientre — pero Lucas dijo que a esta fecha del embarazo es normal.—Mi esposa tuvo unos momentos difíciles en su embarazo anterior — comenta mi jefe — pe