Capítulo 50. No creo poder lograrlo
—Sé que quizás te resulta un poco molesto pensar en que alguien más tenga la atención de tu marido —Continúa, Irene—, pero en el caso de Egil te puedo asegurar que no tiene ningún tipo de vínculo emocional con esa mujer. Él ni siquiera habla con ella, además de lo estrictamente necesario. Para él es solo sexo casual, cuando se canse, dejará de buscarla.—Disculpa que la contradiga, señora, pero su sobrino tiene mucha consideración hacia Petra. Creo que el vínculo que usted dice que no tiene con Ana, lo tiene con ella. Él ni siquiera quiso oírme cuando le traté de explicar lo que había pasado cuando me castigaron.—El caso de Petra es diferente, querida. Ella es una mujer calculadora y ambiciosa. Lastimosamente, aprovechó el momento indicado para quedar como heroína frente a los ojos de Egil y ha sacado todos los beneficios posibles a partir de ese momento.—Pero si la mantiene aquí viviendo en la hacienda y además, sirviéndole ya sabe cómo, es porque algo le atrajo de ella. La verdad,
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