Capítulo 57. Macabras teorías
Era muy temprano, casi de madrugada, cuando Santiago Esquivel llegó al alejado departamento en los suburbios donde había acordado reunirse con un hombre, al que no conocía, pero Javier Vasconcelos sí.Si temía por su vida, al presentarse allí solo, lo disimulaba muy bien.Sabía que el otro ya había llegado, puesto que un auto negro y algunos sujetos sospechosos con trajes oscuros y lentes de sol lo vigilaban desde adentro.Caminó con paso firme y golpeó la puerta con los nudillos, un par de veces. Desde el interior, una voz no demasiado grave y con un marcado acento que le costó identificar, le respondió:-Pase.Al entrar, se topó frente a frente con un hombre menudo, quizá de unos cincuenta años y con rasgos asiáticos, probablemente japonés.Pronto comprendió. -Tome asiento, señor Esquivel, sé que tenemos mucho de qué hablar.-Eso me han dicho, aunque desconozco quién es usted.-Simplemente un hombre de negocios, como usted, con un problema en común: Gunther Hesse. Pero, si lo deja
Leer más