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63 chapters
Capítulo 61. Las fotos... son reales.
Santiago recibió la llamada de Edith en medio de una reunión en la que también estaba su padre quien, pese a su intención de retirarse del negocio, aún se presentaba al trabajo en ocasiones importantes.Poco pudo comprender de las palabras de angustia de la empleada fiel, excepto que su hija nacería antes de tiempo, que su madre había irrumpido en la casa y algo que no entendió sobre unas fotos.Se despidió rápidamente con una excusa, y condujo como impulsado por un par de cohetes, hasta el hospital donde lo esperaba el ama de llaves conversando con el doctor.La mirada del galeno lo preocupó de inmediato.-Llegué tan pronto como pude, doctor. ¿Está todo bien?El hombre suspiró y negó levemente con la cabeza. Santiago sintió que el corazón se le detenía.-Su hija se adelantó más de lo esperado. Tan solo una semana más y sus posibilidades habrían sido mucho mejores… Sin embargo, no debemos perder las esperanzas. En este momento está en incubadora y la atenderán los mejores especialista
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Capítulo 62. Te extrañé tanto...
Los días se detuvieron de golpe.Pasaban en lentas horas que incrementaban su angustia.Festejaban cada gramo ganado y sufrían en cada pitido de alarma de los monitores. Desde el día del parto, Santiago se había negado a ver o hablar con sus padres.Tanto él como Muriel parecían sombras errantes, orbitando la sala de neonatología y esperando con una paciencia que no tenían.El rostro de los doctores era como una máscara indescifrable, pero las enfermeras, amorosas y compadecidas, les decían que tuvieran esperanzas. Ellas eran testigos de dolores y de milagros. Y ellos se aferraban a esa fe. Hablaban con su pequeña Isabella para que sintiera su presencia, y cuando por fin los dejaron apoyarla en su pecho, con mucho cuidado, sintieron que tocaban el cielo con las manos.Día tras día, noche tras noche, esperaron.Hasta que, una tarde, todo cambió.-Su pequeña está fuera de peligro. Si todo sigue así, en una semana más, podría recibir el alta médica.Y esta vez, las lágrimas fueron de f
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Epílogo. Vislumbrando el futuro...
La pequeña correteaba entre los juegos del patio, indiferente al delicado vestido que su madre le había puesto para la fiesta de su cuarto cumpleaños.Enterraba sus manitos en la arena, ensuciaba sus zapatitos en el césped, y vigilaba con detenimiento el pastel de arcoiris sobre la mesa, mientras su padre observaba su lacio cabello castaño y el brillo de picardía infantil en sus ojos verdes. Le habían asignado la imposible tarea de vigilar que no se desarreglara antes de la llegada de los invitados, pero para él no había mayor placer que verla divertirse, aunque su apariencia de princesa de cuento se transformara en la de una pequeña criatura salvaje.Cuando el último moño le caía de la cabeza, su hermano salió al jardín y no pudo contener la risa.-Cuando mamá la vea te matará, Santi. Le tomó mucho tiempo arreglarla…El hombre sonrió.-Evitar que haga desastres parece que no está en mi naturaleza, Jay. Su madre ya lo sabe, creo que me asignó esa tarea sólo para que la deje cocinar e
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