Capítulo 43. Te quiero a tí
Por la mañana, el único deseo del recién casado era huir a su trabajo, con la certeza de que allí encontraría su remanso de paz: Muriel Márquez. De un tiempo a esta parte, su presencia, entre maternal y sensual, era lo que lo mantenía cuerdo en medio de toda esa farsa.Se levantó de prisa, tomó una ducha rápida y, vestido con la elegancia de siempre, salió en dirección a Esquivel Tech, dejando tras de sí una casa silenciosa y aún adormecida.Excepto por la joven de cabello rubio que, masticando rabia, lo observaba desde la ventana de su habitación. Camila no había logrado dormir, en parte por su avanzado embarazo, y en parte por sus elucubraciones maquiavélicas. Anhelaba una revancha, un desahogo para el desplante recibido. Sin embargo, sonrió al recordar que ya había obtenido lo que deseaba, casándose con el soltero más codiciado de la ciudad, endilgándole el hijo de otro hombre.Aún así, no era suficiente. Como toda niña mimada y caprichosa, requería también que su nuevo marido la
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