Capítulo 49. Oscuridad

Llegaron a París y buscaron un cuarto de hotel anónimo para reacomodarse luego de una larga y extraña noche.

No podían llegar así a la reunión que tenían ese día.

Una vez bañados y cambiados, se dirigieron a su destino, encontrándose con una desagradable sorpresa.

-¿Camila? ¿Qué haces aquí?

La joven rubia sonrió con melosidad mientras se acercaba a abrazarlo.

-Vine a verte, cariño. Me dijo tu papá que las cosas no estaban saliendo como esperaban, y quería darte una sorpresa que te pusiera de buen humor y te ayudara a relajarte. Después de todo, soy tu esposa y la madre de tu pequeño retoño…

La notoria mueca de disgusto de Santiago evidenciaba el error de las afirmaciones de Camila. Se quedó a distancia, esquivando el abrazo.

Muriel se mantuvo al margen, en silencio, aunque la "señora Esquivel" le lanzó una nueva mirada de odio.

-¿Por qué demoraron tanto en llegar, Santi? Estaba preocupada.

Él contestó con sequedad.

-Perdimos el vuelo y vinimos en auto. Ahora, déjame trabajar. Tengo un
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